Hubo un cambio rotundo en pleno campeonato. De la gestión de Mauro Camoranesi, a la de Pedro Troglio. No sólo en los resultados, sino en el armado del plantel. Peter rescató a jugadores que fueron colgados por Camora, y viceversa; dejó de lado a futbolistas que tuvieron rodaje en las primeras fechas. Uno de ellos es Ezequiel Ciigliano.

Ciri, talentoso volante central surgido de River Plate, llegó al Matador este verano, tras un paso por Dallas FC. (uno más del plantel con pasado en la liga estadounidese), con la idea de suplir la ida de Joaquín Arzura. Jugó en total seis partidos este certamen: Estudiantes (entró por Erik Godoy, lesionado), Temperley (ingresando por Martín Galmarini, también lesionado), y fue titular contra Atlético Tucumán, San Martín de San Juan, Huracán y Newell's (este último coejo con Pepe Castro). Junto a Sebastián Piriz o Lucas Pittinari, formaba el doble cinco, con la banca del DT italoargentino. 

Cirigliano sólo disputó seis partidos en Tigre, ninguno con  Troglio.

A Troglio no le fue de su agrado el ex River y, desde que está en Tigre, Ciri no fue ni una vez al banco de suplentes. Lucas Menossi se ganó la titularidad como único 5, y volvieron a ser tenidos en cuenta y sumar minutos Horacio Orzán y Diego Castaño, que estaban al margen con el cuerpo técnico anterior.

Al quedar borrado, el mediocampista acordó con el Club la rescisión de  su vínculo contractual, que era hasta mediados de 2017. Su conducta también influyó en la decisión de Troglio de colgarlo.

¿Su futuro? En principio, debe regresar a River, dueño de su pase aún. Sin embargo, en el Millonario tuvo un cruce recordado con el DT Marcelo Gallardo y el presidente, Rodolfo D'Onofrio. Difícilmente vuelva a ser considerado en Núñez. Tampoco lo fue en Victoria. Un adiós rápido, de un jugador que prometía más pero se suma a la galería de los que pasaron por el Matador sin pena ni gloria.