El ambiente del Ducó estaba sensibilizado. Desde la mención de la voz del estadio al momento de dar el banco de suplentes local, más de 20 mil almas ovacionaron a Patricio Toranzo

Los aplausos y gritos se extendieron a lo largo del transcurso del encuentro. Sin embargo, hubo un quiebre especial a los 30 minutos del complemento. El "Patoooo, Patoooo" llegó como un pedido para el entrenador. Y Domínguez escuchó: inmediatamente, lo mandó a llamar a Patricio.

Entre risas, preso de los nervios por un 'redebut',como él mismo lo catalogó, Toranzo se sacó la ropa del precalentamiento y se puso la camuflada negra con el 18 en la espalda. Escuchó las indicaciones del entrenador, y partió hacia la mitad de la cancha, envuelto en una ovación. El offside de Gamba sirvió como excusa para el cambio.

Las palmas de las manos quedaron rojas, y las gargantas muy sentidas: a la salida del Rolfi Montenegro, se le sumó la vuelta del Pato. En los minutos que tuvo en cancha Toranzo regaló parte de su repertorio, como un gran taco en el aire para dejarle la pelota al debutante Muller. El Ducó bramó ante cada intervención suya.

Luego de los 90 minutos reglamentarios, llegó el momento de dar testimonio frente a las cámaras. Y allí Toranzo no aguantó: se quebró en lágrimas ante la primer pregunta del periodista. "Esto es muy emocionante, fue muy fuerte lo que viví" explicó. 

"Pensé que no iba a jugar más, que me iban a cortar el pie. Estuve tres meses siendo muy fuerte de la cabeza. Es un premio al esfuerzo, para mí es el partido de la vida" se extendió el  18.

Sin embargo, lo más fuerte de sus declaraciones llegaron sobre el final. "Hay cosas que no conté y me llevaré al cajón, seguramente con la bandera de Huracán", reconoció entre lágrimas.

Patricio Toranzo es el refuerzo más importante con el que contará el Globo en el próximo semetre. Pato lo sabe, y por eso sólo se enfoca en eso: "Me voy a preparar para estar mejor y poder ayudar a mis compañeros".