No hay dudas de que este ha sido uno de los peores semestres de River. La temprana eliminación en la Copa Libertadores ante el desconocido Independiente del valle y la pobre camapaña en el torneo local, muy lejos de la pelea por quedarse con la zona 1 y de los cupos a la próxima copa, muestran que el Millonario terminó el peor semestre desde que Gallardo es el técnico.

Atrás quedaron las consagraciones en el marco Internacional con las obtenciones de la Copa Libertadores y la Suruga Bank disputada en Japón. River terminó la primera parte del año sin ningún título al mando de Gallardo. Claramente se debe a una recaída futbolística con ausencias de una camada de jugadores que hicieron que  el equipo de la banda roja conforme felizmente a sus hinchas con el recordado "fútbol champagne".

Ariel Rojas y Teo Gutiérrez emigraron al Cruz Azul y Sporting Lisboa respectivamente antes del parate por la Libertadores. La ausencia de Rojas, uno de los volantes con mayor rendimiento en el mediocampo millonario, no tuvo un sustituto que pueda siquiera jugar en esa posición, ya que el propio centrocampo tuvo mucha rotación. En el caso de Teo Gutiérrez su ausencia no se sintió tanto, debido a que Lucas Alario llegó para las semifinales de la Copa y en poco tiempo, el ex Colón, se ganó el cariño de los hinchas millonarios con goles claves en partidos decisivos.

En medio de una recaída de juego, River empezaba a sentir esa falta de buenos resultados. Después de ganar la Suruga Bank en agosto ganó apenas 6 partidos (Nueva Chicago, Liga de Quito, Crucero del norte, Chapecoense, Velez y San Frecce).

El bajo nivel futbolístico en medio de ausencias y lesiones importantes, se hacía sentir demasiado. Esta especie de crisis en medio de la euforia de River por el viaje a Japón en diciembre para disputar el Mundial de Clubes, no les hizo ver a los hinchas que la crisis futbolística no tardaría en llegar.

River arrancó este 2016 sin la mitad del equipo con el que logró ser el campeón legítimo de América. A las ausencias de Teo Gutiérrez, Rojas, Funes Mori y Pezzella, se les suma las anunciadas salidas de Kranvitter y Sánchez. La crisis de juego a raíz de estas idas, que no tuvieron un reemplazante fijo, llevaron a los de Núñez a terminar una temporada sin ningún título en sus filas.