El 24 de junio de 1987, nacía en el hospital Garibaldi de Rosario, Santa Fe, el tercer hijo varón de Jorge Messi y Celia Cuccittini: Lionel Andrés Messi. Nadie podía imaginar que, 29 años después, ese bebé de 3 kg y 47 cm estaría en Estados Unidos, con el título de mejor jugador del mundo (y muchos otros bajo el brazo), guiando a la Selección Argentina de Fútbol a su tercera final consecutiva. Con el '10' que supo ser de Diego Armando Maradona en la espalda, la historia de Lio estuvo llena de emociones y alegrías -para propios y extraños-, pero también de momentos tristes.

Es mundialmente conocida la historia de las inyecciones que el mismo Messi se daba, con tan sólo 10 años, para poder seguir jugando al fútbol. Sí, sólo para eso, ya en su cabeza sólo existía la pelota. También son conocidos sus títulos, sus goles, sus proezas. Pero, aún así, no dejan de maravillar.

453 tantos y 181 asistencias en 531 partidos con el FC Barcelona; un promedio de 0.85 goles y 0.34 asistencias por partido, algo así como cuatro anotaciones cada cinco partidos y un pase-gol cada tres. Números astronómicos, nunca antes registrados (en conjunto; goleadores hay cientos, pero goleadores y también asistidores, pocos). A eso se le suman los 28 títulos (18 nacionales; 10 internacionales) con la camiseta catalana. 

Si le sumamos la Selección Argentina (55 goles, 36 asistencias en 112 partidos; promedio de 0,49 y 0,32 por partido, respectivamente), el total de 508 tantos y 217 pases gol en toda su carrera es abrumante. Lo único que le "falta" (como si algo le faltara), o al menos lo que le reclaman quienes aún lo critican, es el no haber ganado un Mundial. Pero estuvo cerca: Argentina mereció ganar la final contra Alemania en el 2014, pero los títulos no se basan en merecimientos, sino en hechos.

Hechos son también sus distinciones individuales. En este plano, rompe todos los récords pre-existentes e incluso los nuevos, autosuperándose constantemente: cinco Balones de Oro (tres consecutivos), tres de Plata y uno de Bronce; tres Botas de Oro; mejor jugador del Mundial 2014; parte del equipo ideal mundial en repetidas ocasiones y demás.

Todos estos premios y estadísticas, sin embargo, no dicen nada por sí solos. Para ser considerado entre los más grandes; para formar parte de ese Olimpo del fútbol que ya integraban Diego Maradona, Pelé, Johan Cruyff y Alfredo Di Stéfano, tuvo que haber hecho algo especial, algo distinto, algo que lo eleve por sobre otros mitos como Zinedine Zidane, Cristiano Ronaldo, Ronaldo Nazario, Ronaldinho, Roberto Carlos, Andrea Pirlo, Michel Platini, Franz Beckenbauer, Juan Román Riquelme (quien también está de cumpleaños, 38), etc. Y vaya si lo hizo. 

Con menos de 30 años, máximo goleador en un año natural (récord guiness), con 91 tantos en 69 partidos. Récord mundial absoluto anotando, al menos, un gol por partido durante 21 juegos consecutivos (34 tantos). Único jugador en ganar cinco Balones de Oro y figurar nueve veces (encima consecutivas) entre los nominados al Mejor Jugador del Mundo. Máximo goleador en la historia de la Selección Argentina (55), del Barcelona (478), de la Liga de España (312), de la historia de El Clásico (21). Máximo anotador de la historia de la Liga de España (122). Máximo ganador de títulos argentino (28). Así podríamos seguir eternamente, porque son incontables los récords que rompió el rosarino.

De todas formas, estos datos siguen siendo insuficientes si queremos hablar de un jugador que marcó una época. Si bien las comparaciones son odiosas, se dice, a veces hacen falta para ilustrar. Entre todos los logros antes mencionados, Lionel ha desplazado a jugadores históricos de su lugar de privilegio, como son los casos de Gerd Müller y Pelé (goleador en un año), Telmo Zarra (goleador de La Liga), Alfredo Di Stéfano (goleador de El Clásico y argentino con más títulos), Gabriel Batistuta (goleador AFA), Paulinho Alcántara (goleador Barcelona), Míchel y Figo (máximo asistente en Liga). Muchos nombres, muchas leyendas, todo innegable estadística. Incluso Messi ha dejado atrás a otros tres históricos que pasaron por Catalunya: ya es, según mismos fans, el jugador más influyente y querido de la historia del equipo culé, dejando atrás, nada más y nada menos, que a sus mentores Johan Cruyff, Diego Maradona y Ronaldinho.

Se puede hablar de sus goles, de sus asistencias, de sus gambetas, de sus títulos. Se le puede criticar que no es "guapo", que no ganó un Mundial, o hasta que no canta el himno; uno ya se acostumbra a los que buscan cualquier excusa. Pero hay algo innegable: hoy cumple años uno de los mejores de la historia, un jugador que, al igual que los demás dioses del Olimpo, es la imagen de una época, la creó, y ya es el mejor jugador, al menos, de este Siglo. La discusión sobre quién es "el mejor" será eterna, pero no por eso vamos a perdernos de este genio, y los que hubo, y los que vendrán. Feliz cumpleaños Lio, gracias por ser argentino.