Segundo amistoso del equipo azulgrana disputado en la gira por Centroamérica. El primero fue con victoria ante el Deportivo Saprissa (4-2), y ahora suma una derrota. Le queda el último en Guatemala contra el CSD Municipal

El partido en sí, se jugó lejos de los arcos. Nicolás Navarro, arquero de San Lorenzo que defendía por segunda vez el arco santo, no tocó la pelota casi, y cuando José Devecchi, arquero suplente que lo reemplazó, ingresó casi que tampoco la tocó. La Liga Deportiva Alajuelense  se replegó de gran forma y le cortó las chances al equipo visitante para que este pudiera crear juego.

El segundo tiempo, con los cambios, el Ciclón llegó más veces al arco contrario y generó mayor peligro. Tuvo sus oportunidades y no las supo terminar de concretar para poder llevarse un resultado positivo. Sin embargo, muchos jugadores que no habitúan ser titulares pudieron demostrar su nivel y mostrarse ante el público matador, y lo más importante, ante los ojos de su entrenador.

 Primera caída en la nueva era

En su primera derrota como entrenador de San Lorenzo, Diego Aguirre decidió incorporar un equipo alternativo para enfrentar a los manudos. El plantel contó además, con la titularidad de varios jóvenes provenientes de las inferiores del club, lo que indica también un gran crecimiento a nivel institucional.

A pesar de todo, el experimentado técnico continúa probando con distintas alternativas para que a la hora de los partidos oficiales, saber a la perfección quienes serán los profesionales indicados para jugar cada partido, y poder dejar en San Lorenzo una buena impresión.

 Maldito palo

Esa frase y mucho más duras son las que seguramente esbozó todo el pueblo azulgrana que veía el partido que se le iba escapando como arena entre las manos al conjunto de Aguirre.

Una chance inmejorable que le quedó servida en los pies del atacante Nicolás Blandi, quien con mucha saña le pegó a la pelota y la terminó estrellando contra el travesaño del arco defendido por Pemberton.

 La más clara que tuvo San Lorenzo, y la más clara que se creó durante los 90 minutos, en un evento a puertas cerradas que dejó poca tela para cortar.

 Cinco pateados, dos errados.

 Tras el empate en el tiempo reglamentario, San Lorenzo y el conjunto costarricense fueron a la definición por penales. Nicolás Blandi arrancó pateando para los de Boedo y la reventó contra el palo, tras un violento remate.

 Martín Cauteruccio, segundo en la lista, tenía que meterlo para empatar la situación y así lo hizo. Luego de un violento remate la colocó en un ángulo.

 El tercero lo pateó Ezequiel Ávila, que con una gran sutileza definió al otro lado de donde se arrojó el arquero.

 El anteúltimo estuvo a cargo de un juvenil, Marcos Senesi, que pocos minutos tenía con la camiseta azul y roja. Sin ningún tipo de presión, remató fuerte a un costado y venció al arquero que adivinó el lugar, pero no pudo detener la trayectoria por la potencia del tiro. A todo esto, el equipo local acertaba en todas las ejecuciones y siempre se imponían en el resultado.

 Por último, llegó el turno de Franco Mussis que tomó el balón de muy abajo y terminó disparando por arriba del travesaño, dándole la victoria definitiva a los locales.