Talleres vuelve a ser parte de plano principal del fútbol argentino. Pasaron 12 años desde el día en que Argentinos Juniors, dirigido técnicamente por Sergio Batista y teniendo en sus filas, entre otros, a Jorge Quinteros y Lucas Biglia, derrotó en la promoción al Talleres de Juan José López, que había salido tercero en el torneo, y lo mandó a jugar a la Primera B Nacional.

En ese lapso, sucedió de todo menos cosas positivas. El elenco albiazul tocó fondo y descendió al Argentino A en el 2009, envuelto en una crisis futbolística e institucional. Parecía un trámite, pero le costó más de lo pensado y recién en el 2013 regresó a la segunda divisional. Pero la alegría duró poco: apenas una temporada y el descenso directo se llevó nuevamente a Talleres al, ahora, Federal A.

No obstante, el torneo corto, en medio del contexto de transición de la AFA, le permitía al cuadro albiazul regresar rápidamente. Pero las frustraciones se hicieron presentes en barrio Jardín y Talleres quedó en las puertas de otro ascenso.

Institucionalmente, las aguas se habían calmado y Andrés Fassi asumió como presidente electo a fines de diciembre del 2014. Junto a él, trajo a Frank Darío Kudelka, el único técnico bajo su mandato, y un equipo digno de B Nacional. El Federal A lo ganó de cabo a rabo, con sólo una derrota, y el regreso a la máxima categoría de ascenso se convertía en realidad.

Ahora sí, el objetivo era mantenerse y no querer subir dos escalones en vez de ir uno por uno. Casi sin pensarlo, como consecuencia del desempeño y solidez del equipo, Talleres volvió a Primera División después de tantos años, redondeando una campaña récord al ser campeón e invicto. Quizás no brillaba desde lo futbolístico, pero ningún equipo fue superior a ese Talleres que jugaba igual en todas las canchas, que tenía una de las vallas menos vencidas y, casi siempre, marcaba algún gol.

Ahora, en Primera División, hay una premisa clara: mantenerse, que a veces suele ser más difícil que llegar. Para eso, Kudelka pudo conservar parte importante del equipo campeón y conformar la famosa columna vertebral compuesta por el arquero Herrera, los defensores Quintana y Olivera (actualmente lesionado), los volantes Guiñazú y Burgos y los delanteros Klusener y Strahman.

A ellos hay que sumarle los 14 refuerzos que desembarcaron en barrio Jardín, algunos de vasta experiencia en la categoría como Javier Gandolfi, que arrancaría en lugar de Olivera, Daniel Ludueña, Sebastián Palacios, Leonardo Gil, Fernando Godoy y Carlos Muñoz Rojas, entre otros.

Además, llegaron varias promesas que de a poco se van haciendo realidad, como los casos de Nicolás Giménez, Jonathan Menéndez, Ian Escobar y Leonardo Godoy, entre otros.

Aunque en materia de refuerzos Talleres se armó bien, y todavía falta llegar algunos más, en los amistosos dejó varias dudas y el déficit está en la falta de gol. Luego de realizar la pretemporada en el predio de Colón de Santa Fe, con algunos amistosos informales, llegó la hora de sacar a relucir el “Talleres modelo 2016”. El estreno fue ante Everton de Chile, en el Kempes, con derrota por 3 a 2.

Posteriormente, se reeditó el clásico cordobés, que terminó en empate 1 a 1, pero con victoria Pirata en los penales. Otro clásico se jugó días después, ante Instituto en la Boutique, en el que los titulares igualaron sin abrir el marcador y los suplentes ganaron por 1 a 0.

El plantel viajó nuevamente a Santa Fe para realizar una “mini pretemporada” y allí jugó contra Newell’s, un futuro rival. Talleres todavía no había cambiado el chip y la Lepra ganó los dos partidos: 3 a 0 para los titulares y 2 a 1 para los suplentes.

De regreso a Córdoba, el equipo de Kudelka continúo jugando varios amistosos. Con un equipo más parecido al alternativo enfrentó a Racing de Córdoba, en Nueva Italia, y terminaron empatando 1 a 1. Días después, recibió a Atlético de Rafaela y Godoy Cruz en la Boutique de barrio Jardín: ante la Crema, tanto titulares como suplentes perdieron 1 a 0; mientras que, contra el Tomba, los titulares empataron 0 a 0 y los suplentes vencieron por 2 a 1. Está en evidencia la falta de gol y es lo que, hoy por hoy, preocupa a todo Talleres.

En cuanto al sistema de juego, Kudelka mutaría del 4-2-3-1, con el que ascendió dos categorías, para pasar a jugar con un 4-3-3. El equipo base está y es con el que el entrenador fue probando mayormente a lo largo de la pretemporada. Varios jugadores vienen del torneo pasado, pero hay otros que, de a poco, se van acoplando.

En este sentido, es lo único que cambió drásticamente en Talleres: el armado del equipo. El entrenador continúa, el proyecto del presidente Fassi sigue siendo el mismo, pero el equipo cambió en algunos sectores específicos de la cancha y eso se irá aceitando de menor a mayor. El inicio ante Racing y River no es el mejor panorama, aunque todo Talleres tiene el objetivo claro: hay que mantener la categoría y tiene con qué hacerlo.

A continuación podrán encontrar todo el análisis realizado por la Redacción de VAVEL.com del Club Atlético Talleres de Córdoba

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