Sin Barovero. Sin Funes Mori. Sin Sánchez. Sin Teo. Sin Cavenaghi. Sin Vangioni. Sin Pisculichi. Sin Mercado. Sin Kranevitter. Con sólo Ponzio, Mora, Mayada, Maidana y Alario de aquel equipo del año pasado que supo llegar a lo más alto de América. Llegó la renovación, los malos resultados de los últimos  torneos y las dudas que se si Marcelo Gallardo podría recuperar esa mística copera, tras las decepción de la última Copa Libertadores.

El Muñeco, sin embargo, sabe más que todos. Nadie mejor que él representa el espítiru riverplatense. Llegó para devolverle a River ese prestigio internacional que tanto anhelaba. Sus números resumen todo: dirigió al Millonario en ocho certámenes coperos, de los cuales ganó cinco. Sí, cinco. La misma cantidad que La Banda había ganado de 1960 a 1997, y con 17 años de sequía hasta 2014, cuando asumió el Muñe.

Se le cuestionó el hecho de la nueva táctica, el 4-2-2-2, sin Camilo Mayada en el equipo, con Andrés D´Alessandro volcado en la derecha y con dos de los jugadores más cuestionados por la gente en el once titular, que son Gonzalo Martínez (relegando a Tomás Andrade, la joya de las inferiores) y Sebastián Driussi (dejando en el banco a Rodrigo Mora, Iván Alonso y Marcelo Larrondo). No obstante, el primer gol de ayer en la vuelta de la Recopa nació de un desborde y asistencia de Pity y definición de Driussi. El 10 y el 11 le devolvieron el respaldo al DT, más allá de los murmuros de la exigente tribuna. Una vez más, Gallardo se salió con la suya, a favor de la vitrina de River.

¿Refuerzos? Jorge Moreira fue la gran figura de River en los cuatro partidos que lleva jugados en La Banda, teniendo que reemplazar nada menos que a Gabriel Mercado, que se fue como un ídolo para el riverplatense. El paraguayo mostró guapeza para salir del fondo, gran inteligencia para marcar y ocupar espacios. Al igual que el otro refuerzo recién llegado, el ecuatoriano Arturo Mina, que tiene una gran personalidad y se acopló bien con Jonatan Maidana. Hubo poca acción de Iván Rossi y faltan debutar Luciano Lollo y Larrondo, per aún así, el DT volvió a acertar con las caras nuevas.

Los desafíos continúan. Una "cuota pendiente" para el DT es ganar un torneo a nivel local con River. Sin embargo, a pesar de todos los cuestionamientos, sgue demostrando estar en vigencia y a la altura de la exigencia de Núñez. Gallardo sabe. Más qure todos. por eso, en sólo dos años, llenó de gloria copera la vitrina. Y va por más.