El lunes por la tarde, Ezequiel Barco, la joven promesa de Independiente, habló en Fox Sports Radio sobre lo que fue su primer partido en el Libertadores de América y su primer tanto con la casaca colorada.

"Fue todo muy lindo, estaba mi familia en el LDA. Traté de hacer lo que hice en entrenamientos. Gracias a Dios ganamos y estamos muy contentos por eso" expresó visiblemente emocionado, el recién ascendido a la primera del Rojo.

Luego, con la humildad que lo caracteriza, comentó: "El gol fue para todos los chicos de la pensión, con quienes viví mucho tiempo. La camiseta se la regalé a uno de ellos, y el pantalón también. Con mi familia me encontré en el hotel, estaban todos contentos".

En cuanto a sus comienzos, el chico de 17 años contó: "Me probé en varios clubes: Boca, River... Pero no me daban tanta bola. Los técnicos me decían que mi cuerpo era chiquito y por eso no quedaba". Y sumó al ser consultado por sus referentes: "Me gustaba Riquelme cuando jugaba en Boca, lo miraba siempre".

"Recibo bastantes patadas, pero debo tratar de ser fuerte para seguir aguantando los golpes"

Volviendo a lo que fue su debut en la red, como profesional, Barco afirmó: "Cuando me llegó la pelota, era obvio que tenía que definir. El arquero achicó muy bien, pero quedó ese lugar".

Por otra parte, habló del apoyo no solo de sus compañeros, sino también del entrenador. "Milito charla conmigo, le cuento como viene la mano de que estaba viviendo solo, me recomienda descansar bien, que tenga cuidado con las redes sociales, y lo agarro porque son verdades. No tengo Twitter. Me recomendó que me vaya a vivir a un departamento. Estoy muy cómodo viviendo con mi papá, se vino para vivir acá" soltó.

Si bien es muy querido por el resto del equipo, Ezequiel Barco tiene una relación particular con Nicolás Figal. "En la concentración, comparto habitación con Figal. Tenemos el mismo representante, y fue el que más se acercó a mí" explicó.

Con respecto a las patadas que recibe, algo notorio desde que comenzó a disputar los primeros amistosos con Independiente, declaró: "Siento más golpes, no son los mismos que los de sexta, pero me estoy acostumbrando. Recibo bastantes patadas, pero debo tratar de ser fuerte para seguir aguantando los golpes".

Ya en el final, el juvenil que llegó a Avellaneda a través de Jorge Griffa, coordinador de Inferiores de CAI, señaló: "Estuve en un seleccionado rosarino. Mi mayor virtud es la gambeta y el cambio de ritmo".

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