El Pincha quiere mantener el invicto en el torneo local para seguir puntero en soledad y estirar su paternidad una vez más. Para los jugadores y para el DT del León, ganar significaría un aluvión anímico importante, para superar definitivamente los tragos amargos de las eliminaciones en la Copa Argentina y Sudamericana del pasado mes. 

Por el lado del Lobo, buscará un triunfo en su casa para acercarse nuevamente a la cima del campeonato. Los de Alfaro saben que cortar con la racha adversa ante su eterno rival es fundamental y, a su vez, están confiados para lograrlo en esta oportunidad. Luego de un bajón en las últimas fechas ,el Bosque podría ser el escenario perfecto para que el equipo recupere el buen rendimiento y se lleve un triunfo ante su gente. 

El equipo albirrojo estaría definido y sería el mismo de las últimas fechas. Un 4-4-2 en el que formarían: Mariano Andújar, Facundo Sánchez, Jonathan Schunke y Lucas Diarte, Augusto Solari, Santiago Ascacibar, Rodrigo Braña y Juan Ignacio Cavallaro. Lucas Viatri y Carlos Auzqui. De esta manera, los demás concentrados según dispuso ayer el cuerpo técnico son: Nahuel Losada, Leandro González Pirez, Aguirregaray, Julián Marchioni, Israel Damonte, Lucas Rodríguez, Gabriel Graciani, Ignacio Bailone y Javier Toledo. Entre estos últimos, se destaca la presencia de Damonte, que no se pudo recuperar de su lesión en el sóleo pero igual irá al banco, como rueda de auxilio del Chapu, que tampoco se encuentra al 100% físicamente. Además, otra de las novedades es la presencia de Aguirregaray, que no concentraba desde el enfrentamiento con Belgrano por Sudamericana, en el que fue titular. 

  Por su parte, los once de Gimnasia que saltarán el domingo al campo de juego serían: Alexis Martín Arias; Facundo Oreja, Sebastián Gorga, Manuel Guanini, Lucas Licht; Ramiro Carrera, Luciano Perdomo, Daniel Imperiale, Sebastián Romero; Nicolás Ibáñez, Nicolás Mazzola. 

Recordemos que en la última década, el Lobo le pudo ganar un sólo partido a Estudiantes, y fue precisamente en el Bosque, allá por 2010. Pero los mismos protagonistas coinciden en que en esta clase de partidos no importan los antecedentes, ni como llegue cada uno. Los clásicos son partidos aparte, y ambos equipos lo viven así, al igual que sus hinchas.