Si hay algo que caracteriza los partidos del equipo de Milito, es que ninguno se le presentó facil desde el vamos. A todos debió trabajarlos para imponerse, y en otros no pudo hacerlo. Esta vez, se presentía que doblegar a Atlético Tucumán no sería tarea fácil, pero todo se complicó aún más al salir al campo con el pie izquierdo: Nicolás Tagliafico, acostumbrado a ser héroe, esta vez volvió a ser villano tras quedar enganchado y habilitar a Fernando Zampedri, que definió muy bien y adelantó a los tucumanos.

El primer tiempo de Independiente fue pésimo. Si ya iba a ser dificil encontrar los espacios, la desventaja los escondió aún más. Atlético se replegó muy bien y también presionó de forma correcta. Pero no sólo eso: los contraataques a espaldas de los laterales eran mortíferos. Algunos toques rápidos en la mitad de la cancha y enseguida mucha gente en zonas de definición. Los primeros 45 minutos fueron de lo peor de la Era Milito, y pusieron en jaque a la defensa por primera vez en el torneo.

Para peor, la gestación fue nula. La pelota pasó mucho por los centrales y poco por Diego Rodríguez. El otro encargado de conectar líneas, Jorge Ortíz, fue un concierto de errores. Cristian Rodríguez volvió a dar una imagen muy desmejorada de sus primeras apariciones con la camiseta de Independiente. Emiliano Rigoni y Maximiliano Meza quedaron obligados a correr contra el mundo, y Diego Vera bajaba demasiado para pivotear e intentar poner a sus compañeros de frente, pero sin éxito. La tonta expulsión de Gustavo Toledo limitó aún más el paranorama.

En el entretiempo, Milito intentó darle otra dinámica al partido. Sino podemos avanzar con pelota dominada, salteemos líneas con juego directo. Ingresó Germán Denis y también el juvenil Ezequiel Barco. La entrada del "Tanque" le dio más presencia ofensiva al ataque: Vera podía retrasarse sabiendo que el área estaba ocupada. El arranque del complemento fue muy bueno: mucho más ímpetu y cerca del arco rival. Pero de esta manera también se tomaron riesgos lógicos. Rigoni pasó a ser lateral derecho y la salida de Ortíz dejó en soledad a "Torito" Rodríguez. El segundo gol de Atlético llegó en el mejor momento de Independiente.

El equipo siguió yendo. Demostró ganas de revertir la situación en un clima ya muy caldeado con murmullos e insultos. Las eliminaciones coperas y el tercer partido consecutivo sin ganar como local molestan y mucho al hincha que quiere pelear arriba y olvida que se trata de un nuevo proceso. Para destacar, el gran ingreso de Barco: atrevido, gambeteador, guapo e insistidor. Víctor Cuesta fue otro de buen nivel. El segundo tiempo del equipo fue bueno. Se crearon muchas situaciones de gol aún sin conseguir un juego fluido, pero la pelota no quiso entrar. Fue un partido torcido desde el inicio. Independiente no puede darse el lujo de complicarse sólo los partidos, porque ya demasiado le cuesta doblegar a los rivales.

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