Llegó a Brandsen 805 con el mote de "refuerzo estelar" y no está defraudando. Al menos los últimos partidos. Adrián Ricardo Centurión, como atestigua su documento de identidad, se afianza partido a partido y ya es una pieza clave en el once titular que diagrama Guillermo Barros Schelotto.  

Lleva apenas un puñado de partidos, pero en esos se hizo un espacio dentro de la consideración del cuerpo técnico. Hoy, frente a Sarmiento de Junín, fue de lo más sobresaliente en un partido chato y sin muchas emociones. Si Boca volvió a sonreír  fue en buena parte gracias a él, quien con gambetas y lujos se adueñó del fútbol del conjunto local, esencialmente en la primera parte.  

Justamente, fue en el primer tiempo donde se vio lo mejor del repertorio del volante. Transcurridos diez minutos iniciales y acorralado contra la línea lateral, se inventó un lujo de antología: dejó parado a su rival con un caño, que quedará por siempre en la retina de los hinchas. ¿La víctima? Alexis Niz, quien no tuvo mejor idea que frenar su carrera con una falta.

El extraordinario recurso le valió los aplausos del público presente, quien comienza a encontrar en el extremo un nuevo "mimado" de la hinchada. Centurión parece haber entendido el mensaje de los Mellizos, quienes le piden explosión y versatilidad por las bandas, tras la fallida prueba de posicionarlo por el medio cuando Tévez se ausentó. Además, junto con el Apache pueden llegar a consolidar una de las duplas más  determinantes del fútbol argentino.

El próximo compromiso del auriazul será el próximo domingo cuando visite al sorprendente Atlético de Tucumán, que viene en alza luego de vencer a Independiente en Avellaneda y confirmarse su participación en la Copa Libertadores del año que viene. Mientras, Ricky ya ensaya sus pasos para el duelo.