Este viernes la final de la Copa Argentina cumple su primer aniversario. Aquel partido quedó en la historia, y no por ser el segundo título de Tevez en Boca tras su regreso o ser el segundo subcampeonato consecutivo del canalla en el certamen. Será recordado para siempre por los errores de Diego Ceballos.

El primero vino en una jugada que fue anulada a los de Eduardo Coudet, en la que Marco Ruben saltó y cabeceo para colgar la pelota de un ángulo, pero el juez de línea ya tenía el banderín levantado. Uno de sus compañeros, que estaba al lado suyo cuando cabeceó, si partió adelantado, pero el ex jugador de River no lo estuvo en ningún momento, lo cual desató la ira en el banco de la academia.

Este enojo se multiplicaría cuando, a los pocos minutos del segundo tiempo, una infracción claramente afuera del area sería sancionada como penal. Nicolás Lodeiro no tuvo piedad a la hora de la ejecución y abrió el marcador ante las inútiles protestas de jugadores y cuerpo técnico. Ni hablar de cuando, sobre el final, el mismo juez de línea que anuló la jugada del primer tiempo, no cobró la posición adelantada de Cristián Chávez que puso el 2-0 definitivo.

La explosión de furia de de todos los integrantes de la delegación de Central ante el pitido final tuvo esquirlas que siguen hasta el día de hoy. "Nos robaron la final" fueron las primeras palabras que emitió el Chacho tras el final del partido, todavía adentro de la cancha. Hace unos dias, el vicepresidente del club estuvo en el sorteo de los arbitros, donde tocó las bolillas para ver que no estuvieran calientes y evitar que se eligiera un arbitro a dedo. El presidente del club de la Ribera calificó la actitud como una "payasada", a lo cual el vicesegundo de la vereda de enfrente, Ricardo Carloni, dijo que no lo fue, que era un "mensaje simbólico".

Patricio Loustau fue finalmente el sorteado para impartir justicia en una final adelantada. Todos los ojos estarán puestos en su actuación, tanto o más que en la de los 22 protagonistas reales.

Cualquier error será minuciosamente analizado, por unos diciendo que están compensando por la final del año pasado como por los otros que dirán que los siguen queriendo hacer perder. Lo ideal sería que lo más importante del partido sea el fútbol, pero por el trasfondo, la situación es complicada.