Boca y Rosario Central, dos equipos rivales que se conocen y mucho en este certamen que otorga un boleto directo a la Copa Libertadores. Estos equipos han tenido a lo largo de las seis ediciones de este torneo 2 enfrentamientos previos a este, los cuales sucedieron en el año 2012 y 2015.

En el primer enfrentamiento, el equipo que dirigía Julio Cesar Falcioni, comenzó el partido perdiendo con un gol a los 40 minutos de la etapa inicial de Javier Toledo, delantero con presente en Estudiantes de La Plata. Ya en el complemento el arquero de esa noche en el estadio Bicentenario de la provincia de San Juan, Sebastián Sosa, tomo gran protagonismo al desviarle el remate desde los doce pasos al  mismo jugador que había amargado a los Xeneizes minutos antes. Ya  llegando al último cuarto de hora, Nicolás Bandi se puso el traje de héroe y convirtió el empate que llevó el partido a las tandas de penales, donde el Xeneize arranco errando con Pablo Mouche,, pero Central también erró su primer tiro. Luego metieron consecutivamente dos penales cada equipo hasta que en el cuarto penal, Boca metió el suyo mediante Leandro Paredes y Omar Zarif erró el suyo dejándole servido la clasificación a Juan Manuel Insaurralde que convirtió su tiro e hizo acceder al conjunto boquense a la siguiente instancia del torneo, torneo que quedó en manos del conjunto de la Ribera.

3 años después, se volvieron a medir en la final, en una previa donde se esperaba y mucho de estos conjuntos, partido en el cual, se  planteó un duro partido por parte del equipo de Rodolfo Arruabarrena y de Eduardo Coudet, . Este encuentro se comenzó a inclinar a favor de Boca cuando el referí Ceballos, de muy mal desempeño en la final, cobró una falta que supuso que fue dentro del área, pero en realidad había sido afuera. Poco le importó a Nicolás Lodeiro, que con un remate fuerte, abajo y al medio, empezó a desatar la fiesta para todos los hinchas de Boca. Ya en el epílogo del encuentro, un desborde de Cesar Meli  que tiró el centro a un Andrés Chávez en posición adelantada, marcó la segunda conquista y puso punto final a un encuentro que terminó con protestas por parte de los jugadores rosarinos por un lado y, festejos por un nuevo trofeo que conseguía el conjunto bostero.