El final de la historia de Sebastián Battaglia como jugador de fútbol es muy triste. Su lesión en el tobillo derecho no le permitía estar a la par de sus compañeros, una osteocondritis que le desgastó los huesos y aún hoy lo molesta al caminar. Pero, todo lo que vivió antes del duro momento de anunciar su retiro, lo ubican en un lugar muy alto en la escala de ídolos azul y oro.
Llevó 17 títulos a las vitrinas de la Bombonera. diez de estos de carácter internacional, que incluyen 4 Copas Libertadores, apenás dos menos que Francisco Sá, el máximo ganador del certamen, que también levantó dos jugando para el conjunto de la Ribera. Además, fue parte de dos de los triunfos más importantes de la historia del club, la del 2000 ante el Real Madrid y en 2003 contra el Milan. Para ponerlo en un mejor contexto, el único título internacional del siglo en el que no estuvo fue la Copa Sudamericana 2004, pero en todas las demás es el único factor común.
Entre sus torneos locales se levanta una polémica. Porque en cuanto a participación, solo jugó en siete que terminaron siendo campeones, pero fue parte del plantel en nueve. Más precisamente, la discusión es en cuanto al Torneo Apertura 1998 y la Copa Argentina 2012. En el primero había sido relegado por la llegada de Mauricio Serna y Carlos Bianchi, que no lo tuvo muy en cuenta en principio, aunque después se haya convertido en una de las piezas clave en sus mejores equipos. 12 años después, ya había disputado, aunque aún sin saberlo, su último partido profesional, pero seguía siendo parte del equipo dirigido por Julio César Falcioni que ganó la primera edición de la nueva Copa Argentina.
En cualquier caso, demás está decir que estamos hablando de un ganador con todas las letras, que encarnó la esencia del club y defendió con uñas y dientes la camiseta azul y oro. 19 o 17 es lo de menos, porque dejó su huella en el palmarés del club y en el corazón de los hinchas.