Soy de la generación que los vio a la puerta de la gloria, quizás vos, sos un poco más viejo, y viste a Roa tapando penales ingleses, o al Goyco haciendo historia, y te comiste el pelotazo de 60 metros de De Boer en un partido que estaba cocinado, o el penal de Codesal. Voy dirigido a aquellos que todavía no han visto al Seleccionado, campeón del mundo.

Hoy el seleccionado está en su peor posición en los últimos 50 años, la última vez que se quedó afuera de un Mundial (de forma eliminatoria) fue en México ´70 (2-2 con Perú en la Bombonera, año 1969).

Es fácil (me incluyo), criticar y pedir la cabeza de varios integrantes del equipo titular, pero hay algo que no podemos obviar, aunque ahora estén en un bajón futbolístico bastante hondo: estos muchachos volvieron a poner a la camiseta Argentina en los primeros lugares del mundo.

No niego la posibilidad latente de un recambio. Pero no caigamos en los comentarios hirientes, y por sobre todo comerciales, de la gente que bancaba “a muerte” a este plantel, siendo los mismos que lo defenestraron también en la última ocasión en la cual el seleccionado dejó de conocer la victoria por 4 partidos (eliminatorias 2010). No le hagamos el camino más fácil a esta gente, que contribuye de manera directa al bajo autoestima de algunos jugadores

De ninguna manera justifico el momento futbolístico, y mucho menos la mala predisposición con la gente y la prensa, algo que personalmente detesto; ya que estar en la Selección es un PRIVILEGIO.

Bastante tiempo pasó para volver a renegar con un seleccionado, aunque digamos un millón de veces que dejaremos de ver a estos jugadores, cambiaremos de opinión cuando el martes marque las 20.30 en el reloj.

Se viene un partido muy chivo, perder con Colombia nos deja matemáticamente muy complicados, con la complejidad de que se escape Chile, con el cual nos enfrentaremos en la “lejanía” de marzo. Necesitamos tranquilidad, terminar este año nefasto en puestos positivos, y encarar el 2017 de la mejor manera posible.

La prioridad del entrenador será formar un equipo para clasificar, la nuestra, alentar, y bancar a la camiseta nacional, que es más grande que cualquier jugador.

Sagrada, es ahora, o nunca.