Walter Saúl Andrade nació el 1 de diciembre de 1984 en el barrio La Floresta, en Paraná, Entre Ríos. Proveniente de una familia de clase obrera, el hermano del medio tuvo una infancia agradable en donde aprendió las vivencias del día a día que hasta la actualidad tiene presente.

El Negro, como lo apodan, empezó su carrera deportiva a los 4 años de edad en Sportivo Urquiza, el club de su barrio. "Mi papá fue técnico de las inferiores de Sportivo, lo que sería hoy cuarta o quinta y desde chiquito me llevaba. El dirigía, yo estaba ahí en la tribuna y empecé a jugar a los 4 años siendo volante central, no era muy rápido y me bajaron a la defensa. Hoy en día, viendo lo que son los procesos de formaciones, no es lo mismo. Hoy el chico trabaja mucho más con pelota, conos y en ese tiempo era mucho más amateur que ahora", recordó Andrade.

Walter, luego de sus inicios en el club de su barrio, fue a probar suerte a Buenos Aires y tuvo la oportunidad de jugar y hacer pruebas en clubes de la capital nacional. "A los 14 años me fui a Buenos Aires, me llevó el padrastro de Marioni a una filial de Argentinos Juniors, en ese momento era un club de la división 'D'. El club se llama Puerto Nuevo, estuve un año ahí y me sirvió de experiencia", mencionó el zaguero.

Al llegar a Buenos Aires notó que los trabajos y ejercicios eran "distintos" a los que estaba acostumbrado a realizar en su ciudad natal. "En Capital Federal o Buenos Aires en si, los trabajos eran distintos a los que realizábamos acá y me sirvieron de experiencia, una experiencia linda. Me dolió volverme porque estaba muy ilusionado en crecer desde lo futbolístico, pero bueno, tuve la mala experiencia de volver a Paraná", dijo Walter.

En su vuelta a la ciudad que lo vio nacer, volvió al club de sus inicios, Sportivo Urquiza, en donde jugó hasta los 18 años. Luego cambió de equipo. Integró el plantel de Atlético Hernandarias, en donde tuvo la posibilidad de jugar un Torneo Regional. "Mi primer regional fue con Atlético Hernandarias, en el cual quedamos eliminados en la primera fase", rememoró el "Negro".

Luego de su breve paso por Atlético Hernandarias retornó a Sportivo Urquiza por una temporada y al siguiente año fue a jugar a Neuquén. "Jugué un regional en Neuquén, en donde quedamos eliminados con La Perla. El hecho de irme a Neuquén y jugar ese regional me sirvió", dijo el paranaense.

Por ese regional disputado con Neuquén, Andrade tuvo la chance de irse al Club Atlético Patronato, Walter recordó ese momento y dijo: "Jugar ese regional me sirvió para llegar a Patronato. Hicimos un partido amistoso y en esos meses veníamos bastante a Patronato y me dieron la posibilidad de acercarme al club. El club estaba en el Argentino B, yo llegué en el 2005 y empecé a jugar la liga. Me dirigió el 'Cari' Espinoza y entrenábamos en La Capillita que, en ese tiempo, no era nada que ver a lo que está ahora, ni parecido".

El defensor recordó sus inicios en Patronato, los técnicos que lo dirigieron y expresó: "Después de mi llegada y mi experiencia en liga también me dirigió Hugo Arquiel, también en liga y después llegó Luis Murua para dirigir el Argentino B. Él fue uno de los técnicos que trabajó con muchos jugadores que, en ese momento, eran una mezcla de jóvenes y adultos, él trabajó mucho con esa camada de jugadores y creo que dio su fruto".

Walter Andrade tuvo participación directa en los tres ascensos de Patronato. Integró cada uno de los planteles del equipo desde 2005. "Fue una experiencia linda. Tres ascensos en un mismo club, algo que es raro, que un jugador esté tanto tiempo también es raro. Al fútbol yo lo hago con mucho gusto, más allá de que sufrí bastante, el futbol es cruel, duro por momentos. A las situaciones negativas le puse el pecho y creo que con trabajo y tratando de dar el máximo todo da su fruto", dijo.

El ascenso que más lo marcó fue el del Argentino B, por todo lo que significó a nivel personal. "Siempre digo que el ascenso al Argentino A fue el que más disfruté, también fue el momento en el que se vio más gente en esta cancha. Lo disfruté porque, prácticamente, se vivía el día a día, el fútbol no daba su redito económico, yo todavía vivía en casa de mis padres y sentía que si no se ascendía pensaba en dejar el fútbol y dedicarme a otra cosa. No me sentía pleno al estar en esa situación, el hecho de tener 22 años y vivir en casa de mis padres y depender de ellos económicamente muchas veces. No me parecía correcto a nivel personal y por eso ese ascenso fue importante, me dio la posibilidad de seguir jugando al fútbol", recordó Andrade.

El Negro rememoró esa final por el ascenso al Argentino A, habló de los problemas, el "maltrato" y las adversidades de ese partido en Santiago del Estero ante Central Córdoba y dijo: "Ese partido no jugué, me hice expulsar contra Douglas Haig porque si llegaba a las diez amarillas me quedaba sin jugar dos partidos, en cambio con la expulsión solo tuve una fecha de suspensión. La gente de Patronato que viajó fue muy maltratada, fue reprimida. Estuve en la tribuna porque viajé con mis compañeros y vi a toda la gente corriendo y con sangre en la cabeza. Les dispararon con balas de goma desde las motos hacia los colectivos, fue una locura, un bochorno. La gente alentó todo el partido a pesar de eso y a mi que soy jugador me chocó ver esa situación".

Días más tarde Patronato consiguió el ascenso. "Acá fue un partido trabado, cerrado y nosotros en la ida habíamos conseguido un resultado positivo. Gracias a la Pulga Díaz que estuvo dos segundos iluminado, la clavó en el ángulo y fue un ascenso muy recordado", dijo Walter.

Refiriéndose al partido ante Boca Unidos por el ascenso al Nacional B, el defensor de 31 años dijo: "Una final muy recordada, con muy poco juego en los dos partidos, muy trabados. Fueron típicos partidos de Argentino A, ninguno arriesgó y se perdió por penales. Nosotros estábamos tranquilos porque éramos un equipo muy noble hacia el técnico y muy noble como grupo porque siempre se entregó al 100%. No partíamos como favorito y terminamos haciendo un campañón".

El Negro recordó la hazaña de Patronato ante Santamarina de Tandil por el ascenso a Primera División y sus sensaciones al momento del pitazo final y expresó: "Cumplí un sueño con ese ascenso, sabía que me podía empezar a codear con los mejores jugadores a nivel nacional, con equipos que trascienden mucho. Cuando Seba Bértoli atajó el penal se me vinieron a la cabeza muchos momentos duros de mi vida, tanto familiar como deportiva y me quedé llorando en mitad de cancha abrazado con Lauti Comas. Cumplí un sueño y todo lo que sentí a lo  largo del tiempo en Patronato, lo sentí en pocos minutos".

Al día de la fecha, Walter no sabe si va a seguir ligado al fútbol cuando se retire profesionalmente. "Es una pregunta que me hago siempre, me gusta mucho el fútbol, lo siento muy cerca, disfruto mirarlo. Yo creo que voy a seguir ligado, pero honestamente no sé que camino seguir, ya hice el curso de técnico así que voy abriendo el paraguas", manifestó.

El Negro Andrade sigue activo dentro del fútbol profesional, portando la número dos del Club Atlético Patronato. Con 31 años de edad, todavía le queda mucho tiempo para seguir jugando y demostrándole a la gente que con esfuerzo todo se puede. A Walter le esperan varias temporadas pisando el verde césped del Bartolomé Grella.