La victoria de Boca frente a Racing por 4-2, tuvo la particularidad del enfrentamiento entre los hermanos Bou. Walter por el lado Xeneize y Gustavo en la Academia. A pesar de vestir camisetas diferentes, lograron disputar un partido de mucha intensidad como rivales en un clásico apasionante.

"Cada vez que la tocaba mi hermano se me llenaban los ojos de lágrimas, no podía creer el momento que estábamos pasando", confesó el delantero de Boca en diálogo con Radio La Red. Y agregó: "Fue toda la familia a la cancha".

Al mismo tiempo reveló lo que le dijo su hermano una vez finalizado el encuentro destacando que "estaba muy contento por la actuación que tuve". Por otra parte, previo al partido, habían apostado una cena. "Ya pagó la comida, la verdad que se portó muy bien", expresó Walter.

Sus dos goles convertidos fueron fundamentales para que su equipo resulte victorioso en un nuevo clásico. Pero, reconociendo la jerarquía de sus compañeros, señaló que "son muy buenos y te hacen las cosas mucho más fáciles".  Y añadió: "Tenemos jugadores fantásticos. Te dejan mano a mano, te ponen pelotas entre líneas. Con el Pipa (Benedetto) estamos muy contentos por eso”.

Una de las cuestiones a destacar es que, el ex delantero de Gimnasia, llegó a club de la Ribera como una apuesta a futuro. Hoy, partido a partido, comienza a demostrar que tiene pasta para ser el 9 de Boca. "Para mí es todo muy raro. Haber quedado libre y que después me fueran a comprar, ahora estar jugando y poder convertir goles en la cancha de Boca, es un sueño", afirmó Bou.

Viviendo un momento inigualable, compartió su orgullo por ser reconocido por toda la hincha. "Es hermoso que te aplaudan, que la gente esté ahí y que te alienten día a día", dijo.

Con este presente, sumado a la lesión de Darío Benedetto, el delantero de 23 años surge como una fuerte alternativa en caso de que Pipa no llegue al próximo encuentro frente a River, en el Monumental.