River - Rosario Central. Más que una final. En Córdoba, se enfrentan dos equipos con distintas realidades, pero con la misma necesidad: lograr un título y clasificar a la Copa Libertadores 2017. Caso contrario, quien obtenga la medalla de plata, masticará al bronca de no competir internacionalmente el año que viene. Pero más allá de eso, también se juegan todo el crédito que tienen los dos directores técnicos, que fueron ídolos como jugadores y como entrenadores, le dieron prestigio a sus colores: Marcelo Gallardo por un lado, Eduardo Coudet por el otro. Ambos DTs jóvenes, compañeros y campeones en el Millonario (Clausura 2004) y con una gran proyección, aunque con cierto desgaste debido a últimos malos resultados.

El Muñeco está en un momento de jaque. Llega a esta final en un mar de dudas y preocupaciones, tras la dura derrota en el Superclásico en el Monumental por 4-2, sumado a los malos rendimientos en el Torneo de la Independencia, en el 11° puesto con 19 puntos (a nueve de la punta). Un balance malo contando lo que fue su equipo post consagración en la Copa Libertadores y Suruga Bank 2015, en los torneos locales, con la eliminación tempranera en la Libertadores 2016 y un plantel corto para afrontar doble competencia. El oasis, la Recopa 2016. Cambió el 90% del plantel que ganó todo entre 2014 y la primera mitad de 2015, y los refuerzos que llegaron, salvo excepciones, no lograron estar a la altura.

La deuda de Gallardo: ganar un título local, pero con el foco internacional una vez más: Libertadores 2017, el objetivo primordial.

No se puede discutir el legado que dejó Gallardo en el Millonario: como enganche, se consagró ocho veces campeón del equipo, y con el saco de DT, cuenta cinco estrellas, todas internacionales (Sudamericana, Libertadores, dos Recopa y Suruga Bank), tras casi dos décadas de sequía copera. Le devolvió un estilo de juego que hace varios años no tenía River, de presionar alto, de siempre ir por más, de tener recursos para remontar resultados. Armó un plantel competitivo y ganador. Sin embargo, la ida de sus figuras (Barovero, Pezzella, Sánchez, Funes Mori, Rojas, Teo, Cavenaghi, Kranevitter, Mercado) y los últimos dos (malos) mercados de pases desembocaron a este presente, con muchos futbolistas en deuda y una cosecha de puntos en el torneo local paupérrima éste año, con 37 puntos de 84 en juego (44% de eficacia).

Por eso, apuntó todos los cañones a la Copa Argentina, torneo que fue creciendo en importancia dado el cupo para jugar la Copa Libertadores de América. Es la única chance para el Muñeco. Caso contrario, será un golpe muy duro del cuál reponerse será muy difícil, sumado a que se marchará Andrés D´Alessandro y que sin Copas, no podrán sumar más de dos jugadores en el verano. 

El caso del Chacho: volante extrovertido dentro y fuera dela cancha, que dejó un gran recuerdo en el Millonario (ganó cinco títulos), pero mucho más identificado con Central, donde ganó la Copa Conmebol 1995, lo que fue el último título del Canalla, y la deuda que se le reclama al cuadro rosarino, que a nivel local no campeona desde 1987. Por eso, desde 2015 y en su primera experiencia, Eduardo Coudet sustituyó a Miguel Ángel Russo y se hizo cargo del equipo, que en 2013 volvió a la Primera División y que buscaba una regularidad e identidad.

Coudet en Central: 80 partidos dirigidos, con 37 triunfos, 26 empates y 17 derrotas; dos finales. ¿Ganará su 1° título como DT?

Coudet tomó la posta en 2015 y tuvo su mejor año: llevó a Central, a base de buen juego, estar en los primeros lugares del Campeonato anual 2015 (recién en la fecha 14, justamente ante River, perdió su invicto), ganando los dos clásicos ante Newell´s ("Me recibí de DT de Central", comentó tras el 1-0 en el Coloso Marcelo Bielsa) y obteniendo el tercer lugar con 59 puntos. También llevó al Canalla a la final de la Copa Argentina, eliminando a River en los 4tos de final, para sacarse la espina de la final perdida en 2014 por penales contra Huracán. Sin embargo, un vergonzoso arbitraje de Ceballos le impidió a Central festejar y cayó en la definición por 2-0 ante Boca, también verdugo en el campeonato. A pesar de eso, el Canalla pudo clasificarse a la Libertadores 2006, tras 10 años, y realizó una campaña magistral, ganando su grupo, eliminando a Gremio en los octavos de final y poniendo en jaque a Atlético Nacional, el futuro campeón, que le ganó 3-1 en Medellín en el último minuto. Fue un golpe duro, ya que Central era uno de los candidatos a consagrarse.

Amitad de año, se fueron grandes valores, como Alejandro Donatti, Franco Cervi, Marcelo Larrondo; Javier Pinola se lesionó gravemente. En la actualidad, el Canalla está 26° en el certamen doméstico, con sólo 12 unidades en 14 fechas disputadas, con la derrota de local en el clásico y enfocándose únicamente a la Copa Argentina, torneo que le sienta bien, al punto que jugarán su tercera final consecutiva, en búsqueda dela primera consagración. El Chacho mismo lo expresó: "No tenemos plantel para dos torneos". Apostó todo a este certamen, lo que será a todo o nada: romper el maleficio que arrastra de décadas y volver a jugar la Libertadores, u otra caída y quedarse una vez más con las manos vacías, lo que será difícil de soportar. Coudet y Gallardo se juegan más que un partido: se juegan el cargo. Sólo habrá final feliz para uno.