La mañana había comenzado bien. Luego de tres días de huelga por falta de pago, el plantel de Banfield decidió volver a entrenar. Julio Falcioni había vuelto el día anterior tras ausentarse por enfermedad y el equipo completo se encontraba realizando con normalidad la pretemporada. Parecía que los días sin trabajos en Luis Guillón habían quedado atrás y consigo las diferencias entre los jugadores y la dirigencia ¿Hubo acuerdo? ¿Se pagó la deuda? Todo marchaba bien hasta que, una vez finalizada la jornada, Santiago Silva lanzó el primer golpe: "No hubo negociación, decidimos entrenar por cuenta nuestra. Nos ofrecieron menos que hace dos días, nos dimos cuenta que los jugadores estamos solos", disparó ante las cámaras de TyC Sports.

Recapitulando, el día martes el plantel decidió no entrenarse por falta de pago. La primera oferta que hizo la dirigencia fue pagarles el 50% en efectivo, pero el plantel decidió rechazarla ya que pedían el total. La nueva propuesta que realizó la Comisión Directiva era del 20% en cinco partes, y así, saldar la deuda la semana que viene, ya que se pagaría una fracción por día hábil. "Veníamos a cobrar un 50% pero nos encontramos con sólo un 20%, no hay ningún acuerdo y la situación es complicada, creerle a los dirigentes es complicado", continuó el uruguayo, notablemente molesto.  

Estas declaraciones hicieron ruido sobre todo en los oídos de los dirigentes. Rápidamente, Eduardo Spinosa, presidente de la institución, dio su visión de la situación y explicó el cómo de la negociación. Básicamente, los jugadores de Banfield tienen un contrato el cual especifica que los sueldos se cobran entre 45 y 60 días terminado el mes. El 80% del plantel (los más jóvenes) recién no pudieron cobrar el pago de diciembre (correspondiente al mes de octubre) ya que el mismo venía atado a lo que la Comisión Normalizadora no le pagó a los clubes. El resto del plantel (los contratos más altos) tenían una deuda mayor. Entonces, a esta minoría, se le ofreció un plan de financiamiento en tres cuotas. Lo que se está negociando por estas horas, es el pago del todo lo que se le debe a los más chicos y la primera cuota de los más grandes. Todo esto en cinco pagos iguales a pagarse desde esta semana hasta el martes o miércoles de la semana que viene. Así, los futbolistas quedarían al día. 

Según el presidente de Banfield, esa misma mañana recibió la confirmación de Walter Erviti en nombre de todo el plantel para que la deuda se abone según la segunda propuesta, en cinco pagos iguales (5x20%). No de todo el plantel menos uno: Santiago Silva. Allí el enojo de Spinosa: "La relación con Silva era muy buena hasta que aprovechó que yo no estaba en el predio para decir cosas impropias, justamente estoy juntando la plata para él y sus compañeros", dijo el dirigente en radio La Red.

Pero la cosa siguió. El mismo presidente confirmó que el Tanque emitió una carta documento intimando al club para que abone la deuda que tienen con él. Anteriormente, el delantero ya manifestó su intención de irse, y ésta pudo haber sido una herramienta más para desvincularse del club ya que podría quedar libre por no haber sido remunerado. Hay que recordar que el jugador es pretendido por la Universidad Católica de Chile, que le habría pedido que acelere su salida del Taladro. Días atrás, Spinosa declaró el que, como todos los jugadores de Banfield, Silva tiene una cláusula de rescisión de 10 millones de dólares, por lo que gratis (cancelar la deuda) no se va a ir. "Que no me dejen ir me parece un capricho, lo que dijo Eduardo sobre mi cláusula no me parece acertado", sentenció el uruguayo.

Cuando las aguas parecían calmarse con el plantel reanudando la pretemporada, se desató la polémica. Quedará por verse en las próximas hora cómo se resolverá la deuda que tiene Banfield con los jugadores, aunque desde la Comisión Directiva confirman que ya habría sido aceptada la oferta de abonar la deuda en cinco pagos, equivalentes al 20% de lo adeudado cada uno. Lo que es evidente es que Santiago Silva presiona para concretar su salida y que, a partir de ahora, la relación con la dirigencia está rota.