Boca Juniors y River Plate se enfrentaron en un muy parejo que se terminó llevando el Millonario por tener mejor serenidad y determinación en las chances netas de gol. El Xeneize no supo aprovechar sus ataques y sucumbió contra su clásico rival. El elenco boquense en este encuentro demostró que tiene mucho por mejorar pero también puede irse contento con algunos aspectos.

En cuanto al arquero Axel Werner, fue la figura del equipo y si no fuera por él, el resultado habría sido más abultado. A pesar de tener algunas fallas, demostró tener las condiciones necesarias para ser dueño del arco bostero.

Los 4 defensores resultaron ser la parte más floja de la alineación. Sufrió siempre los embates riverplatenses. La zaga central como en el partido anterior, volvió a cometer errores que se pagaron caro. Juan Manuel Insaurralde tuvo una noche para el olvido debido a que le concedió un penal que culminó en la primera conquista de los de Núñez y luego se fue expulsado por un foul realmente innecesario. Su compañero, Fernando Tobio, también se mostró errático en los pases y siempre le ganaron en el aire los delanteros de La Banda. En tanto que los laterales Gino Peruzzi y Frank Fabra fueron de mayor a menor. Comenzaron firmes en defensa pero a medida que pasaron los minutos se fueron contagiando del resto del equipo.

Los volantes, en cambio, manejaron la pelota durante gran parte del primer tiempo y unos instantes del segundo. Fernando Gago comenzó activo con los pases pero luego también se contagió del equipo y erró pases en campo propio. Pablo Pérez, a pesar de una amarilla apenas comenzado el cotejo, fue quien dio más de un pase entre líneas que los atacantes Xeneizes finalizaban errando. Sebastián Pérez tuvo un gran encuentro. Fue el más preciso de los tres mediocampistas y sumó mucho en la consideración del Mellizo.

Los atacantes no tuvieron su mejor noche. Darío Benedetto sigue sin aparecer en el verano y deja una sensación de que Walter Bou merece más que nunca ser el 9 titular. Jamás entro en sintonía con sus compañeros y las veces que lo hizo no logró aportar mucho. Cristian Pavón y Ricardo Centurión no jugaron mal pero tienen gran responsabilidad en el encuentro. La cantidad de chances que dilapidaron fueron determinantes en el resultado ya que si Kichan metía el mano a mano en el PT y las chances del segundo más Ricky metía bien los disparos el resultado y el panorama habría sido diferente.

El partido deja un sabor amargo por la actitud de los últimos minutos, donde Boca se dejó humillar por River. De todas formas, el Guille debe pensar en frío el equipo para la próxima fecha del torneo y saber meter mano dura en el plantel porque hoy se vio a jugadores que no logran un buen nivel futbolístico.