La historia marca que un 13 de febrero pero del 2011, arrancaba un nuevo Torneo Clausura. La historia, también data que aquel día Godoy Cruz le daría una paliza futbolística a uno de los equipos más grandes y poderosos de Argentina y el mundo, en su cancha, por 4-1.

El Xeneize, dirigido por Julio Falcioni, alistó en cancha un once inicial poderoso en el cual incluía a tres grandes ídolos de su historia como Juan Román Riquelme, Sebastián Battaglia y Martín Palermo, que a su vez era capitán del conjunto. Otro de los grandes jugadores que vistieron la azul y oro presentes en aquel partido fueron: Walter Erviti, Clemente Rodríguez y Somoza, entre otros.

Del lado del Tomba, que en ese entonces era dirigido por Jorge "Polilla" Da Silva, los mendocinos pusieron en cancha a: Sebastián Torrico, Russo, Nicolás Sánchez, Fazzioli, Voboril; Nicolás Olmedo, Torres, Miranda, Carlos Sánchez, Diego Villar y Rubén Ramírez.

La hazaña comenzaría rápidamente, debido a que a los 14 minutos del primer tiempo, una mala salida de Javier García (arquero de Boca), tras un centro de Villar, derivaría en un cabezazo de "Tito" Ramírez para el 1-0.

Boca generaba peligro con Palermo y Mouche en la delantera, pero no el necesario para incomodar a Torrico. Minutos antes del final de la primera etapa, otro gol llegaría y otra vez sería Ramírez el encargado de anotarlo, pero en esta ocasión con su pie derecho. La balanza se empezaba a inclinar para los del 'Expreso'.

En el complemento, los problemas para la defensa de Boca Juniors seguirían y lo aprovecharía, esta vez, Torres para poner un sorpresivo 3-0 a los 6 minutos de haber comenzado el segundo tiempo. El tanto de los locales aquella noche fue anotado por Walter Erviti, que de poco serviría.

En el final del encuentro, en los minutos de descuento, Carlos Sánchez se encontró con casi toda la defensa 'Xeneize' en campo contrario y no quiso dejar pasar la oportunidad de derribar a García con un potente derechazo charrúa. Los jugadores dentro de la cancha reían, y en las tribunas solamente se escuchaban los gritos de los hinchas tombinos que se habían hecho presentes aquella calurosa tarde.

Godoy Cruz, días antes de debutar por primera vez en una Copa Libertadores, se auto-regalaba este triunfo en una catedral del fútbol. El partido seguramente quedará en la memoria de los presentes y de los que no también, por el simple hecho que semejante goleada no puede ser olvidada jamás.