El triunfo por 2-0 de Boca ante Banfield despejó un gran número de dudas que surgieron en la pretemporada. El doblete de Benedetto le da aire al puntero, que se sacó de encima a uno de sus perseguidores. El partido del Pipa era uno de los que iba a estar en la lupa, y demostró por qué es el centrodelantero titular del Mellizo. Dos tantos casi idénticos tras buenos centros rasantes de los colombianos Wilmar Barrios y Frank Fabra lo dejaron a un gol del máximo anotador del campeonato, Sebastián Driussi. Solo tuvo una situación más, donde quedó mano a mano pero su intento por pasar al arquero se fue largo y casi sin ángulo no pudo definir.

Buena efectividad para el ex delantero del América, cuestionado por su bajo nivel en el verano que se contrastaba con la racha goleadora de Walter Bou.

La defensa también era vista con malos ojos antes del encuentro, y el primer tiempo fue deficiente. Fabra era uno de los que más se complicaba, perdiendo algunas marcas y dejando su banda libre para el contraataque cuando subía. La segunda parte fue completamente distinta, con una labor principalmente destacable de Santiago Vergini y Juan Insaurralde que despejaron toda jugada de peligro. Finalmente, hay que destacar las decisiones del entrenador. Había varios puestos sin definir, y se puede decir que definitivamente tomó la decisión correcta en todas.

Agustín Rossi fue determinante y le dio al arco xeneize la solidez que no encontraba desde hacía un buen tiempo. Fabra y Barrios, que peleaban la titularidad con Jonathan Silva y Sebastián Pérez respectivamente fueron los asistidores en los goles. Goles que fueron de la autoría del delantero al que Guillermo decidió respaldar, y que respondió con creces.

Boca ilusiona y sigue invicto desde agosto por el torneo local. La ausencia de Carlos Tevez se siente y es inevitable, pero con el ojo del DT y con todos los jugadores rindiendo cuando hacen su trabajo, es un equipo muy difícil de lastimar, y que en cualquier momento golpea.