Boca recibía a Talleres en un contexto ideal, tribunas repletas y eufóricas ansiando una victoria de su equipo. Vital para desprenderse aún más de aquellos aspirantes a quedarse con la cima del campeonato.

Pero este acontecimiento no ocurrió, pese a que el Xeneize comenzó ganando tras un córner de Pablo Pérez que fue desviado por Darío Benedetto y Junior Benítez se encargó de empujarla al fondo de la red, el conjunto cordobés logró revertir el marcador y así alzarse con la victoria por 2-1.

No fue un partido más para Talleres, no ganaba en La Bombonera desde 1986, por este motivo, con goles de Ramis y Reynoso, le dieron a la T un triunfo histórico.

No obstante, regresando al análisis del partido, el equipo de Guillermo tuvo una difícil parada ante los cordobeses, conjunto que le jugó de igual a igual a lo largo de todo el partido e incluso, en diferentes tramos del mismo, consiguió superarlo mediante el dominio del balón y aproximaciones peligrosas.

Boca no sólo perdió un partido que comenzó en ventaja sino también la oportunidad de alejarse aún más del resto. Una vez más, las falencias defensivas se hicieron notar y persiste el eterno problema de todos los partidos. Un equipo que atacando es temible y genera peligro en casi todos sus avances pero, a la hora de defender, deja expuestos todos sus defectos y permite que el rival se aproveche de los mismos. 

Los resultados de la fecha eran más que alentadores para que el Xeneize disfrute de una tarde pacífica y con una victoria inminente. Pero enfrente tuvo un rival que supo jugarle a la misma altura y, al finalizar el encuentro, fue quien se quedó con el partido. 

De todas formas, continúa siendo el puntero del torneo con 3 puntos de diferencia. A pesar de la ventaja, con la derrota del último encuentro, las dudas se harán notar y el trabajo exclusivo de Guillermo Barros Schelotto será mantener, dentro del grupo, la confianza necesaria para afrontar los próximos desafíos y seguir sumando triunfos.