Porque desde antes del comienzo, el partido se jugó con los tiempos de Independiente. Porque se postergó su partido por fecha Eliminatoria pero Vélez sí disputó el suyo. Porque Vélez tuvo sólo cuatro días de descanso. Porque éste último equipo venía de un golpe anímico tras haber perdido dos puntos fundamentales para alejarse del descenso. Porque de visitante sólo consiguió dos puntos en este torneo. Es por esto que el empate tal vez signifique algo más que la sumatoria de una simple unidad. Porque, después de todo, el fútbol argentino no es simple.

La última victoria de Vélez ante Independiente fue en el 2014 por la fecha tres del Torneo de Transición. Aquel día, fue victoria por 4-0.

Y simple no la tuvo el Fortín. Llegando al primer cuarto de hora, Fabián Cubero cometió una dura infracción apenas a metros del costado derecho del área grande, lo que significó una temprana amarilla que lo condicionó para el resto del partido. Y como si fuera poco, de aquel tiro libre se hizo cargo Emiliano Rigoni, que con una suave pegada colgó la pelota en el ángulo izquierdo, allí donde ni el más elástico de los arqueros se atreve a llegar.

A partir de allí, los dirigidos por Omar De Felippe intentaron adueñarse del partido, pero más por inercia que por virtudes propias. Las imprecisiones comenzaron a ser moneda corriente, parte por la desesperación de los visitantes y por la comodidad del resultado de los locales.

Nicolás Lamolina no cobró una clara falta dentro del área, incluso admitido por varios relatores, a favor de Vélez. El último penal a favor fue en julio del 2015 por la fecha 16 ante Tigre.

A pesar de esto, Vélez continuó con los ataques, tratando de juntar gente en el medio para liberar a Gonzalo Díaz por la banda para encontrarse con los delanteros. De hecho, en una de sus tantas batallas, Mariano Pavone fue claramente atropellado por Jorge Figal dentro del área, lo que significaba penal y expulsión por doble amarilla para el central del Rojo. Sin embargo, el árbitro Nicolás Lamolina, haciendo señas de choque lícito, continuó con el juego ante la inmensa cantidad de protestas.

Para el complemento, los de la V azulada se pararon de manera más ofensiva adelantando sus líneas varios metros. Los jugadores comenzaron a encontrarse. Diego Zabala construyó una gran pared con Pavone entre los centrales, lo que derivó en un mano a mano del uruguayo. Martín Campaña logró taparlo en primera instancia, pero El Burrito Martínez estaba listo para cazar el rebote y sentenciar así el empate.

El último gol del Burrito Martínez como visitante había sido en el 2012 ante Atlético Rafaela.

El juego, además de continuar con las imprecisiones, cobró algo más de vertiginosidad. Para compensar el desgaste físico, De Felippe mandó a la cancha a Nicolás Domínguez y Nicolás Delgadillo en lugar de Zabala y Martínez correspondiente a falta de 20 para el final.

Los de Ariel Holan se hicieron nuevamente con las riendas del partido, y su rival, agazapado, esperaba su momento de contraataque y aprovechando los errores en las salidas, las cuales abundaron. En este contexto, crecieron las figuras de Leandro Desábato y Héctor Canteros, uno recuperando y el otro siendo la conexión del mediocampo con la delantera.

A cinco del final entró Jorge Correa por Díaz para asociarse a Delgadillo y Pavone en alguna contra. A Lamolina le faltó autoridad, o al menos, cobrar con la misma vara a ambos cuadros. Quedó evidenciado con las últimas infracciones del cotejo que la localía al menos influyó en algo. Sin embargo, el partido no dio para más y finalizó 1-1.

Seguro que no es lo que buscaban los de De Felippe, pero teniendo en cuenta al rival y la urgencia, la unidad suma para al menos mantener la misma posición en la tabla de descensos, a la espera de los demás resultados. La próxima fecha será de local ante Boca y no podrá estar presente Cubero por acumulación de amarillas.

Los goles

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