Una vez más, bailó. Un baile diferente ya que no es en una pista bailable. Lo hace en una cancha de fútbol. Se divierte como si fuera un niño de ocho años. Ricardo Centurión en el día de ayer volvió a ser el mejor jugador en el campo de juego y tanto Guillermo Barros Schelotto, compañeros e hinchas, le deben la victoria a él.

A pesar de que él no tuvo una noche fina con el arco, donde erró tres clases claras, (la primera apenas empezó el juego donde tiró por arriba una pelota punteada, el segundo un centro de Cristian Pavón que erró en el área chica y la última donde demoró en rematar un tiro dentro del área) fue una gran noche de Ricky. Su recital empezó a mediados del segundo tiempo, donde con una gran habilidad y gambetas, comenzó a ganarse los primeros aplausos de un público que estaba desesperado por gritar un gol. Esa alegría llegó minutos más tarde, donde una jugada donde se infiltró en el área dejando atrás cuatro futbolistas, terminó en un centro que primero erró Darío Benedetto pero luego se reivindicó y metió en el segundo disparo.

El gol fue de Benedetto pero los elogios se los llevó Centu, quien sigue dando motivos para seguir en el elenco Xeneize. Más tarde, se encargó de acumular patadas y de elevar el termómetro de los jugadores visitantes, quienes se cansaron de las diversas burlas que les hacía para superarlos. Falta mucho para alcanzar el título pero la actuación de ayer como la de Centurión hace creer que el equipo se apoyará y demasiado en lo que pueda desprender de sus pies.