Independiente llegó a Paraná con el diagnóstico muy claro: podía faltar constancia en el juego, pero la idea estaba. Las jugadas y los remates al arco, también. Faltaba precisión y estaba a la vista: apenas un gol -de tiro libre- en los tres partidos disputados como local.

Emiliano Rigoni corrió y ganó un buen pase largo de Walter Erviti para luego definir por encima del arquero y confirmar su brillante momento. Aquello significó tranquilidad: en apenas tres minutos, se daba el primer paso ante aquel diagnóstico de ineficacia. A partir de allí, Independiente se replegó ante un equipo con pocas ideas ofensivas. La firmeza de Nicolás Tagliafico como marcador central fue una gran novedad de la tarde, visto también que Juan Sanchez Miño ha cumplido en los dos partidos que disputó como lateral izquierdo. 

Además, para contrarrestar la altura del centrodelantero Matías Quiroga, Independiente colocó a Nery Domínguez entre los dos centrales. La superioridad numérica en el área fue notoria durante todo el partido. Para ocupar el espacio que dejaba el ex Rosario Central, se requirió de un gran desgaste de Erviti, que además de jugar y distribuir el juego con mucha claridad, aportó un gran sacrificio. Por su parte, Maximiliano Meza era un mediapunta con libertad cuando el equipo tenía la pelota, pero cuando Patronato superaba la mitad de la cancha, el ex Gimnasia se situaba a la altura de Erviti como un pivote izquierdo.

En lo que respecta al juego ofensivo, ya ante Alianza Lima había sido una gran noticia los buenos rendimientos de Rigoni y Ezequiel Barco. En Paraná ambos continuaron por el buen camino. Rigoni estuvo más activo para presionar, y se lo observa con mucha confianza. Por su parte, el juvenil de 18 años se encontró con el gol pero por momentos se vio perjudicado del repliegue para jugar de contraataque: quedaba demasiado lejos del arco, y su principal virtudes es la gambeta rápida cuando el rival espera agazapado.

En lo más alto del ataque, Emanuel Gigliotti redondeó un buen partido en su lucha contra los centrales; el gol se le niega pero pudo asistir a Rigoni para el 3-0. El otro centrodelantero, Lucas Albertengo, ingresó en los minutos finales y se dio el lujo de volver a gritar gol después de muchísimo tiempo, en lo que sin duda es otra gran noticia para Independiente.

El arco se abrió y los goles llegaron todos juntos. Ante Patronato, Ariel Holan confirmó que al contraataque tiene armas muy potentes. La confianza obtenida con una goleada acompañada de buen funcionamiento puede ser clave para encarar lo que viene.

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