Patronato arrancó la semana sabiendo que tiene por delante un futuro más que comprometido y en esta fecha y ante un rival directo como Sarmiento de Junín, la única posibilidad es ganar o ganar. En el día de ayer, el cuerpo técnico y los jugadores se volvieron a encontrar luego del paso en falso dado en el Presbítero Bartolomé Grella ante Lanús.

El entreno comenzó con un poco de elongación para despertar los músculos y para que Rubén Darío Forestello no sufra más problemas en el armado del equipo. En el medio de eso, Iván Furios y el DT se alejaron para hablar, donde seguramente el Yagui le remarcó algunas fallas que tiene que corregir el defensor.

Pasado todo este momento, se dividieron en dos grupos, por un lado los que jugaron ante el Granate y; por el otro costado los que no tuvieron la chance de aparecer o jugaron muy pocos minutos. Los primeros junto a la Reserva, realizaron trabajos de muy poco esfuerzo para de a poco relajar los músculos. En cambio, los suplentes y jugadores que quedaron fuera de la lista de concentrados hicieron trote y pasadas en la cancha.

Acto seguido, se diagramó unos trabajos de definición, algo que en el juego ante Lanús se notó que hace falta practicar. En esa actividad estuvieron presentes todos salvo Renzo Vera, Matías Garrido, Damián Lemos y Matías Quiroga, todavía entre algodones.

El último ejercicio del lunes fue un fútbol reducido para empezar a tomar ritmo de cara al trascendental encuentro del martes ante el Kiwi, equipo conducido por Fernando Teté Quiroz.