"Los goles que no se hacen en un arco, se sufren en el propio" dice la antigua frase. Ese es el título perfecto para el Huracán-San Lorenzo de ayer.

De entrada, el Globo fue más. Azonzábal apostó por un equipo ofensivo, y sus titulares le respondieron. Romero Gamarra y Montenegro manejaban los hilos, mientras Mariano Gonzalez sorprendía con sus entradas por izquierda.

Azconzábal sacó a Montenegro, quién dirigía la orquesta,en su mejor momento: ahí lo ganó el Ciclón.Cada vez que Huracán pisaba el acelerador, la defensa del Ciclón temblaba. Porque Caruzzo y Angeleri perdieron casi todos los choques con Briasco. Porque Navarro nunca dio seguridad. Porque Romero Gamarra se hizo un festín cada vez que decidió encarar. Minuto tras minuto, la cantidad de chances para el local aumentaban pero el marcador seguía en cero.

Mientras que San Lorenzo sólo atinaba a esperar y salir rápido cuando el local se equivocaba en algún pase. Sin Ortigoza, líder futbolístico de este equipo, sus compañeros parecieron olvidar cómo jugar a este deporte.

En el inicio del complemento, la tendencia creció exponencialmente. Huracán era superior en todos los sectores de la cancha, con un Montenegro iluminado. Sin embargo, a los 11 minutos, Azconzábal decidió sacar al Rolfi e incluir a Mendoza. El Vasco quitó a quién dirigía la orquesta en su mejor momento, para hacer ingresar a un centrodelantero y modificar todo el esquema.

El técnico se equivocó, y Huracán lo pagó caro. Mendoza perdió la pelota en su primer intervención y obligó a Fritzler a cometer un foul. De ese tiro libre, le cayó un rebote del cielo a Cerutti dentro del área y el Pocho, en un momento de lucidez, asistió a Angeleri que sólo debió empujarla.

A partir de allí, el partido se rompió. San Lorenzo se acomodó y comenzó a manejar la pelota ante la desesperación del local. De nada sirvieron los ingresos de Toranzo (perdió todas las pelotas que tocó) y Angulo. La historia ya estaba escrita, el error era irreversible.

El Ciclón de Aguirre se llevó mucho premio, es cierto. Pero supo lastimar en la única que tuvo y defendió esa ventaja. Con eso le bastó para festejar.

VAVEL Logo
Sobre el autor
Juan Ignacio Botta
Comunicación Social en UBA. Un 0-0 es como un domingo sin sol