El Matador sigue sin conocer la victoria en la Superliga, y la cosecha de tres puntos sobre 15 en juego parece exigua. Sin embargo, considerando lo que fue el arranque del torneo, se está vislumbrando una mejora y anoche tenían que recibir nada menos que a River, un rival históricamente complicado para Tigre y que venía afilado. Con fútbol, orden e hidalguía, los dirigidos por Ricardo Caruso Lombardi supieron llevar adelante el encuentro, no desesperarse por la rápida ventaja conseguida por el visitante y terminar con una unidad en el bolsillo. En la lluviosa noche de Victoria, hubo varios destacados.

Lucas Menossi es, sin dudas, el dueño del mediocampo. El volante central surgido del semillero tigrense estuvo siempre firme a la hora de relevar a sus compañeros, recuperar pelotas, salir del fondo y generar contragolpes. Asimismo, se dio el lujo de encabezar ataques y hasta provocó un gran tiro libre pasando entre dos hombres de River, que Maximiliano Caire no aprovechó. El 5, entre tantos refuerzos que llegaron, sigue demostrando por qué tiene que ser titular, dado que aporta juego, panorama y tranquilidad en una zona de mucho caos.

Daniel Imperiale fue otra de las figuras. El ex Gimnasia se acomodó en la zona derecha del mediocampo y supo meter presencia. Generó la jugada que derivó en el empate matador y constantemente fue rueda de auxilio en la defensa, y lo bueno generado por Tigre en ataque comenzó en sus pies. Por el momento, es el refuerzo que mejor le está rindiendo a Caruso.

Lucas Janson completa el podio. El juvenil, que pasó un año entero recuperándose de su rotura ligamentaria, se tomó revancha y volvió al gol, con ese cabezazo letal que dejó sin respuesta a Lux, tras el envío de Caire. Janson no convertía desde mayo de 2016 (a Aldosivi), y llega a ocho goles en el Matador, dándose el gusto de haberle anotado a River y Boca. Pesadilla fue lo más claro en la ofensiva, con su velocidad, gambeta y lucidez. A último momento fue confirmado como titular, dejando en el banco a Carlos Luna. Quiere volver a ser aquel goleador que supo ser en 2016.