Una adversidad era lo que vivía el pueblo “Quemero” antes del encuentro allí en San Juan, todas las camisetas que se vendían eran del rival, se habían filtrados audios del presidente de la entidad “Canalla” diciendo que ya tenían los festejos armados con ex jugadores y demás. Pero... los partidos hay que jugarlos.

Tras un empate trabado entre Huracán y Rosario Central en los 90' minutos llegarían los no tan queridos penales. Tensión, nerviosismo, desesperación son solo algunas emociones que se podían ver en la tribuna "Quemera" aquel 26 de noviembre del 2014 en el Estadio Bicentenario de San Juan.

Después del sorteo de los capitanes, llegaba el primer penal para el "Globo" en los pies del "Pity" Martínez quien ejecutaría a la izquierda del arquero aunque este no tuvo inconvenientes en interceptar la pelota y desviarla del arco. En el segundo tiro desde los doce pasos Barrientos marcaría el primer gol de la serie. Volvía a patear el conjunto de Parque Patricios, quien remataria seria el capitán, Eduardo Domínguez y pondría las cosas igualadas con penal más. Rafael Delgado sería el encargado de poner el resultado parcial de 2-1. Más tarde llegaría Ramón "Wanchope" Abila, uno de los principales artífices del buen momento que vivía el globo, "Wanchope" tomó carrera y la mandó por arriba del travesaño. Pero... lo último que se pierde es la esperanza.

Cuando todo parecía arruinado, las ilusiones se derrumbaban, y todo indicaba que la historia se volvía a repetir. Llegaba Paulo Ferrari, ídolo de la "Academia Rosarina", este mandaría su penal afuera, besando el palo derecho del arquero del "Globo". Ahora era el turno de Rodrigo Erramuspe ponía el 2-2 parcial con un penal más. Mauricio Caranta era el encargado de ejecutar el cuarto penal del "Canalla" que definiría al palo izquierdo de Marcos Díaz que a través de una sensacional volada "para la foto" se quedaría con esa pelota.

Ahora sí, de estar dos penales abajo a estar igualados, nadie lo podía creer, entonces cada alma "Quemera" se preguntó ¿Por qué no? ¿Por qué no soñar ahora? 

Torassa marcó y puso las cosas 3-2 a favor del "Globo", por primera vez en esta final Huracán llevaba la delantera, no había nada que perder. Minutos más tarde, como es de costumbre, el "Loco" Abreu ejecutó de manera correcta y establecería el 3-3 parcial.

Ya estábamos en la serie de uno a uno, Arano se dirige a la pelota y define cual mejor pateador de penales, con una tranquilidad absoluta. Luego Correa pondría el 4-4 parcial. Esto parecía no acabarse jamás, a esta altura los segundos parecían horas y los minutos días.

Llegaba el turno del "Pelado" Mancinelli para poner en ventaja al equipo de por ese entonces, dirigido por Néstor Apuzzo, la cosa estaba 5-4.  La tensión que vivía cada hincha de Huracán no tenía nombre, unos ya no miraban los penales, otros caminaban por la tribuna, su casa o la sede del club, donde los que no pudieron viajar se reunieron ahí.

Encina era el encargado de ejecutar el quinto penal del "Canalla", pateó al palo derecho de Marcos Díaz quien se lanzó como un felino a desviar ese balón.

Nadie lo podía creer, fueron los cinco segundos más raros de mi vida, nadie entendía que pasaba, estábamos todos anonadados por el resultado, todo lo que parecía imposible se hizo realidad. En ese transcurso me abracé con cualquier desconocido bañado en lágrimas, con un nudo en la garganta que solo quería ser expulsado a través de dos palabras "¡Dale Campeón!". No voy a poderme olvidar jamás, el abrazo fundido con mi viejo, era una sensación de felicidad total, algo que nunca había experimentado.

Ahora sí, luego de 41 largos años, Huracán volvía a gritar "Campeón" y el barrio era una fiesta.

Felices tres años “Quemeros”, salud "Globito".