Cuando terminaba el 2015, el hincha de Tigre terminó con decepción, ya que el equipo que dirigía Gustavo Alfaro perdía ante Colón en la Liguilla pre-Sudamericana y se quedaba sin chance de entrar a una copa internacional en 2016, sumando la humillante eliminación de la Copa Sudamericana 2015 a manos de Huracán. Pasaron dos años desde esa etapa, y por Victoria ya desfilaron cuatro entrenadores, y el actual está en la cuerda floja. Es momento de objetivos más realistas: mantener la categoría.

El ciclo Alfaro, en 2015, logró 46 puntos, y ese colchón de puntos es el que mantiene a Tigre aún en la A: el Matador tiene 1,220 de promedio, sólo por encima de Huracán, Vélez, Patronato y los cuatro equipos que hoy por hoy están perdiendo la categoría (Olimpo, Arsenal, Temperley y Chacarita). De los equipos mencionados, ya jugó ante el Fortín, el Patrón, el Arse y el Funebrero, sumando sólo dos puntos de 12 posibles ante rivales directos. Es más, si la Superliga terminara ahora mismo, Tigre arrancaría la próxima temporada (ya sin los 46 de Alfaro) último en los promedios, sólo por encima de los dos equipos que ascenderán en mayo de 2018. Ahora bien, ¿cómo se explica esta abrupta preocupación por mantenerse en la elite? La respuesta es sencilla: ciclos que duraron poco y que dejaron saldo muy negativo.

Todo comenzó cuando asumió a inicios de 2016 Mauro Camoranesi, ex campeón del mundo con Italia, un DT joven y con poca experiencia. Armó un plantel con muchos jugadores a préstamo por seis meses, y así le fue, ya que sólo duró 7 fechas de aquel Transición 2016, con cinco puntos cosechados de 21 posibles. Sólo ganó un partido (5-0 a Atlético Tucumán) y encima, terminó peleado con Jorge Rodríguez, uno de pocos que generaba juego. 

Foto: TyC Sports.
Foto: TyC Sports.

En el medio de todo esto, dos eliminaciones tempraneras en la Copa Argentina, ante Douglas Haig (2016) y Deportivo Riestra (2017).

Se fue el italo-argentino y volvió la ilusión con la llegada de Pedro Troglio, con una amplia trayectoria en el fútbol argentino. Peter le cambió la mentalidad al equipo y terminó el certamen corto de 2016 con 20 puntos, habiéndole ganado a Boca y cortando una racha larguísima sin ganar de visitante. Parecía que el cuadro de zona norte, con la vuelta de Diego Morales, podía aspirar a ser protagonista nuevamente, pero no fue así: en la primera etapa del Torneo de la Independencia 2016/17, Tigre tuvo un andar muy irregular (aunque tuvo una racha de siete partidos sin derrotas), y Troglio decidió renunciar tras perder de local ante Gimnasia LP , en la fecha 16, en marzo de 2017, para irse a Universitario de Perú. Esa ida abrupta sorprendió a más de uno, aunque los números de Troglio dejaron mucho que desear: entre ambos torneos, dirigió 24 partidos, con 32 puntos sumados de 72 en disputa. De mayor a menor.

Foto: Web.
Foto: Web.

Se fue Troglio y agarró el mando Facundo Sava, que en su C.V. había tenido un paso por Racing Club. Un perfil joven, como con Camoranesi. Sin embargo, a pesar de un triunfo inicial ante San Lorenzo (4-3), fue víctima de un sinfín de malos resultados y nunca le pudo imponer una identidad al equipo, aunque a su favor tiene que no armó el plantel ni hizo pretemporada. El Colorado, en el torneo pasado, dirigió 10 cotejos, obteniendo la módica suma de 7 puntos de 30 en juego

Foto: Clarín.
Foto: Clarín.

Por ultimo, tras siete años, regresó Ricardo Caruso Lombardi a Victoria, con la esperanza de mejorar lo hecho en su anterior etapa en el Matador en Primera (año 2010). Ganó sus primeros dos partidos, a Patronato y Atlético Rafaela, y luego cerró el campeonato 2016/17 con una caída ante Arsenal. En la pretemporada pasada, limpió al 90% del plantel heredado de las gestiones pasadas y armó uno nuevo, con la impresionante suma de 28 refuerzos. Llegó la hora de la Superliga, con los regresos de Matías Pérez García (que no es del gusto del DT) y Denis Stracqualursi (peleado con el gol). Hora de nuevas ilusiones, que se fueron esfumando: un triunfo en 10 partidos de esta Superliga, cosechando 8 puntos de 30., en el puesto 23 de 28 equipos y otro DT, una vez más, en la cuerda floja.

En retrospectiva, contando los últimos dos certámenes y lo que va del actual, se jugaron 56 encuentros, es decir 168 puntos en disputa, de los cuales Tigre tan sólo sumó 59. Es decir, tan sólo el 35% de efectividad, contando la campaña de cuatro entrenadores (en ese lapso, Pepe Castro sólo dirigió dos cotejos, un empate contra Newell´s y una derrota ante Central). Una campaña de descenso, que necesita revocarse inmediatamente, con triunfos y regularidad. Si Caruso seguirá hasta fin de año o no aún es un misterio, pero lo que no es misterio es que el Matador está poniendo en riesgo 11 años ininterrumpidos en la máxima categoría.