La defensa fue uno de los puntos más bajo de Patronato en esta primera mitad. Al equipo se lo mostró flojo, a pesar de las variantes (algunas obligadas) que tuvo que realizar el DT a lo largo de este semestre. Siempre fiel al estilo Juan Pablo Pumpido, jugando con cuatro en el fondo, en su 4-4-2 o 4-4-1-1, según el criterio de cada uno. Gran parte del torneo, los defensores salieron de memoria y eran: Lautaro Geminiani, Renzo Vera, Walter Andrade y Lucas Márquez.

Pero como fue mencionado anteriormente, los nombres cambiaron algunos partidos, aunque no en el esquema. La primer variante que debió realizar Pumpido fue por decisión táctica la salida de Geminiani para que ingrese Rodrigo Arciero. El ex Independiente Rivadavia de Mendoza tuvo un rendimiento regular hasta que también salió por decisión táctica en el partido disputado en Paraná frente a Newell’s Old Boys. Se acopló muy bien de lateral derecho pero con muchas dudas en defensa.

Por último, la segunda variante táctica fue la de Luca Sosa por Andrade. El ex Huracán ingresó al elenco titular en la segunda fecha de modo sorpresivo, ya que, a pesar de tener una corta edad y un puñado de partidos en primera, el joven defensor había jugado en un nivel aceptable en lo que en ese momento era su campeonato debut como profesional en su anterior club.

La entrada de Sosa fue una variante que suponemos fue por cuestión de rendimiento, de modo que favoreció al equipo, debido a que Luca Sosa siempre se mostró cómodo en esa posición y brindando mucha seguridad en el fondo porque se mostraba que era su lugar natural dentro del campo de juego. Lo mismo ocurrió en la zaga central con Vera, ya que el ex Ferro fue uno de los mejores jugadores del Rojinegro en el semestre, siempre una pieza importante, más en defensa que en ataque, para que el conjunto paranaense se lleve los 3 puntos en varios encuentros.