En un hipotético diccionario del fútbol, un partido de pretemporada podría definirse como aquel encuentro disputado en la mitad de la preparación física de los equipos, donde 22 hombres hacen un trámite trabado y aburrido con muy pocas llegadas.

No es casualidad que esa conceptualización exprese perfectamente lo que regalaron Huracán y Banfield en su primer partido del 2018: quemeros y taladros aburrieron a todo aquel que vio aunque sera un rato del partido. Su inicio futbolístico en el año que arranca no fue el soñado, aunque los de Parque Patricios se fueron con un sabor más dulce.

Trámite del encuentro

El conjunto del Sur del Gran Buenos Aires tenía la obligación de hacerse protagonista del amistoso, por el simple hecho de que era el único de los dos equipos en presentar su habitual alineación titular.

De arranque le salió, pero poco a poco se fue desinflando. Banfield volvió a mostrar las falencias que le costaron muchos puntos el último torneo: Dátolo no logra cumplir la función de generador, y al equipo le falta fútbol; además, si Cvitanich no está encendido, al Taladro le cuesta mucho marcar.

Por último, las espaldas de los laterales. Por allí llegó el gol: en la primer jugada de peligro para el Globo, Mariano González habilitó exquisitamente al Pipi Araujo, y el lateral derecho cedió la pelota para la entrada de Briasco, que sólo debió empujarla. 

A partir de ahí, Huracán creció. Agarró más la pelota y se defendió con ella, quitando todo tipo de posibilidades a un ataque del rival. Banfield no supo reponerse a ese golpe y se rindió casi sin dar pelea.

El Globo terminó redondeando una buena actuación, pese a que Montenegro, Juárez y Angulo no estuvieron para nada finos. Además, cabe destacar (y no olvidar) que Alfaro presentó un equipo repleto de nombres que no son habitualmente titulares.


¿Dónde están los hombres que el técnico piensa en su once inicial? En Buenos Aires, preparando el partido del próximo martes. En el clásico ante San Lorenzo, los que no estuvieron ante Banfield tendrán la responsabilidad de seguir por el camino que iniciaron sus compañeros: el primer paso fue positivo.