El Matador necesita puntos. Para eso, tiene que ganar o ganar, y la realidad es que le cuesta horrores eso. Con decir que en la Superliga, que ya lleva 19 jornadas disputadas, sólo se hizo de la victoria en dos ocasiones: ante Estudiantes de La Plata (fecha 9, dirigía Caruso Lombardi aún) y Argentinos Juniors, en la jornada 15; ambas en el Coliseo de Victoria. Luego, empató ocho veces y perdió nueve, la última ante el líder Boca, a quien, con todos sus titulares y en plena Bombonera, casi le arrebata un empate, pero una desinteligencia en el minuto final le costó caro y se volvió a Victoria sin nada.

El equipo de Cristian Ledesma se juega una final fecha a fecha, ya que la permanencia en Primera División está en juego. Es cierto que en esta temporada, hay un cierto margen, dado que el Matador acumula 112 puntos entre las tres temporadas: quedan 24 puntos más en juego (ocho fechas) y Olimpo tiene 99 unidades, Temperley 98 y Arsenal, 92. Y Chacarita depende de un milagro para zafar de la B Nacional. Pero si Tigre no empieza a ganar, el año que viene tendrá serias complicaciones, dado que hoy por hoy, arrancaría último en los promedios.

San Martín (SJ) viene en caída libre: tiene 115 puntos y en la 2018/19 estaría sólo un escalón arriba de Tigre.

Para ganar, hay que convertir, y eso le cuesta muchísimo al Matador, que mejoró en la parte defensiva (en ocho partidos de la era Ledesma sólo recibió cinco tantos) pero arriba no gravita, y basta con decir que entre todos los delanteros del plantel, en el torneo, suman sólo cuatro tantos: dos de Lucas Janson (River y San Lorenzo), uno de Ramón Miérez (Colón) y uno de Carlos Luna (Banfield), mientras que Denis Stracqualursi sigue sin anotar desde su regreso. El goleador del equipo en el campeonato es Lucas Menossi, con tres conquistas (Central, Temperley y Argentinos). Mientras que Diego Morales tiene dos tantos.

Para ganar partidos, hay que anotar goles. Y en 19 fechas jugadas, Tigre sólo pudo anotar 14. Es un claro défecit, que es crónico, porque viene de hace, al menos, un año y medio esta ineficacia en el área rival. Desde marzo de 2017 a la fecha, el cuadro de zona norte sólo triunfó en seis de los últimos 37 encuentros que jugó

Quedan ocho finales, y empatar no es una opción, perder mucho menos. En estos siete partidos con el Lobo al mando, Tigre ganó un partido, perdió dos y empató cuatro. Son solo 6 puntos de 21 en juego, siendo unidades que hay que recuperar lo antes posible.

Hasta el final de la Superliga, queda jugar ante Independiente (L), Newell´s (V), Gimnasia (L), Unión (V), Huracán (L), Olimpo (V), Lanús (L) y Godoy Cruz (V). Es factible que, por lo complicado que están los cuatro equipos que se encuentran en la zona roja, el Matador logre zafar de la B Nacional este año. Pero el que viene requerirá de una campaña de copas para mantener su lugar en la elite. El momento de levantarse es ahora. Caso contrario, ya será demasiado tarde.