Tras la derrota de Estudiantes ante Racing, por la Superliga Argentina de Fútbol, el técnico albirrojo Lucas Bernardi dejó su cargo. No solo él es el culpable del presente del primer equipo albirrojo, sino que la dirigencia también tiene lo suyo.

Bernardi no funcionó como se esperaba, llegó gracias a la amistad con el secretario técnico Agustín Alayes, en medio de un Estudiantes que apunta a técnicos jóvenes, de buen fútbol y sin experiencia. Técnicos proyectados a futuro, pero que no demuestran (ni demostraron) potencial. Gabriel Milito, Gustavo Matosas, Lucas Nardi (quien ni siquiera llegó a dirigir primera) y hoy Bernardi. Ninguno logró entrar en el hincha, ni en ese mundo Estudiantes, que tan exigente es. La política de directores tecnicos, fracasó.

Los mercados de pases siempre fueron abultados con la llegada de Verón a la presidencia. Alayes se puso los traspasos al hombro, y tampoco supo manejarlo. Diogo Silvestre, Matias Laba, Javier Iritier, Jeisson Vargas, Alexis Vega, Nahuel Estevez, Murillo, John Arteaga, Fabián Noguera. ¿Quiénes son? Preguntarán los hinchas. Sí, pasaron por el club y la institución invirtió dinero en ellos, pero ninguno llegó al primer equipo. No llegaron a debutar, jugaron escasos minutos y dejaron el club, o fueron cedidos a otros clubes ni bien llegaron. ¿Qué sería de este Estudiantes si en lugar de haber traído estos nombres, le hubiesen dado lugar a los jugadores de inferiores que venían pidiendo pista? Apaolaza tuvo que anotar 13 goles en 24 partidos para lograr entrenar con Primera. ¿Giménez (por el cual Estudiantes gastó 1.5 M de dólares) es más que Cascini? ¿Noguera es más que Bazzana?. El plantel está mal armado. 

El campeonato económico ya no es excusa. El hincha escucha ese relato desde hace más de diez años, mientras el nuevo estadio de 1 y 57 sigue en construcción. Con las ventas de Correa, Rulli, Carrillo, Zapata, Ascacibar, Jara, Foyth, y Silva el club recaudó millones y millones de dólares, pero siempre falta dinero para terminar la obra.

Hoy parece que la paciencia del hincha se terminó y exige, al menos, no quedar afuera de la Copa Libertadores en fase de grupos como el año anterior. Lo más fácil en momentos así es que el DT dé un paso al costado, pero el plantel deberá ser renovado, la dirigencia deberá trabajar en serio, y la elección del próximo técnico no podrá volver a ser por amiguismo, ni un experimento.