La final del torneo más antiguo del mundo fue un reflejo de los entrenadores, Antonio Conte y José Mourinho, con un cerrojo en la defensa y centro del campo y poco lugar para la improvisación y el ataque.

Conte dejó de lado su clásico 3-4-3 y salió de inicio con un 3-5-2, con el tridente Kanté, Fábregas y Bakayoko en la línea de volantes y Hazard acompañando arriba a Giroud. Morata, que ha ido de más a menos esta temporada, despidió desde el banco su primer año en el fútbol inglés.

Mourinho, por su parte, no pudo contar finalmente con Lukaku, quien había estado toda la semana 'entre algodones', y lo reservó de partida. En el 4-4-2 del técnico luso, Alexis y Rashford fueron las referencias en ataque, con Lingard de vértice en el rombo y Pogba, Ander Herrera y Matic completando el centro del campo.

La primera mitad fue muy mala, ambos sin llegadas, no tenían fútbol, y sólo Hazard en una genialidad logró romper el equilibrio. El astro belga se le escapó a Jones con un control orientado en carrera y recibió el foul dentro del área por el central inglés, generando un penal gracias a su habilidad. Tras ello no falló, desde el punto de penal donde engañó a De Gea y a los 22 minutos subió el 1-0.

A partir de ese momento fue el United que se hizo con el control del balón y encerró a su rival, pero no consiguió generar peligro, siendo la única aproximación un disparo del francés Pogba que se marchó fuera.

Los segundos 45 minutos fueron enteramente de los de Mourinho, lanzados en busca del empate. Rashford, hasta entonces desaparecido, probó por primera vez a Courtois con un lanzamiento desde fuera del área que tapó el arquero belga.

Mourinho, movió piezas en busca del empate y dio entrada al renqueante Lukaku por Rashford y a Martial y Lingard. Pero ambos no le dieron ninguna solución al ataque del United, que pudo haber recibido el segundo por el increíble gol que se erró Marcos Alonso en un uno contra uno con De Gea.

No se volvió a tocar el marcador y el Chelsea, aferrado a Hazard arriba y a un imperial Rüdiger atrás -fue nombrado MVP- se llevó una merecida victoria que le da su octavo título de FA Cup, igualando en triunfos con el Tottenham Hotspur, y le permite cerrar su agridulce temporada con buen sabor de boca.