Es común que en las selecciones asiáticas o africanas, el seleccionador sea extranjero, por experiencia en clubes de renombre, sobre todo europeos. Es difícil encontrar a un elenco africano cuyo DT sea del mismo país. Senegal es un caso, y mas que emblemático, porque su director técnico es nada menos que Aliou Cissé, quien fuera jugador que defendió la camiseta de Los Leones en el inolvidable Mundial de Corea-Japón 2002.

Cissé, con 42 años de edad, como jugador se destacó como volante, de buena talla (1,80 m.), combativo, con poco gol. Se desempeñó en el fútbol francés e inglés, pasando por Lille, París Saint Germain, Montpellier, Birmingham (tras su participación en el Mundial '02, comprado por 2,5 millones de euros), Crystal Palace, Portsmouth y cerrando su carrera en Nimes Olympique, en el 2009.

Tras su retiro, rápidamente se dedicó a la dirección técnica, haciéndose cargo de Luhans Cuiseaux, un pequeño equipo francés amateur y posteriormente dirigió a la Selección Sub-20 de Senegal. En 2015, la federación senegalesa lo contrató para hacerse cargo de la selección mayor, tras despedir al francés Alain Giresse por malos resultados. Su debut fue con victoria por 3-2 a Ghana, en un amistoso, y desde entonces disputó una Copa África y el plato fuerte, clasificar a Senegal al Mundial 2018.

El ex capitán lleva 28 partidos dirigidos, con 16 triunfos, nueve empates y solo tres derrotas (la última ante Croacia, en el último ensayo previo al Mundial). La táctica varía dependiendo el rival: Cissé probó desde un 4-3-3 ultraofensivo a un 4-4-2 más conservador y hasta un dibujo de 4-5-1 en sus primeros encuentros. En los dos últimos amistosos, apostó a un 4-2-3-1, con una sola referencia de área y volantes con llegadas, con Sadio Mané como bandera. ¿Con qué táctica sorprenderá en el debut ante Polonia?