Este año, Suiza buscará mantener una línea de ataque moderada, es decir, que intentará aprovechar todas las oportunidades que le sean posibles para convertir en este mundial Rusia 2018, particularmente frente a su próximo rival y compañero en el Grupo E, el hermano latinoamericano, Brasil.

El entrenador es oriundo de Sarajevo, una ciudad ubicada en lo que hoy es considerado Bosnia, el club del que formó parte casi toda su vida y lo vio desarrollarse personal y futbolísticamente a lo largo de toda su carrera, la cual duró hasta el año 1999, cuando anunció su retiro del fútbol, tras pasar un cuarto de su vida dedicando su vida a colocarse los botines y jugar.

Sin embargo, esa no fue su despedida de las canchas, ya que luego se consagró como célebre entrenador de equipos de Yugoslavia y de Lazio en Italia. Tanto los jugadores con los que ha trabajado como los mismos analistas deportivos lo definen como muy serio, determinado y estricto en las jugadas, donde espera que siempre el equipo brinde una actuación limpia, pero fuerte.

Para este mundial, se espera que destaque las figuras de los mediocampistas, fortalecidos por un frente defensivo, siendo posibles las formaciones en 4-2-3-1 e inclusive muchos afirman que, de superar a Brasil, se arriesgará por un 4-3-3 para que así su delantero estrella, Xherdan Shaqiri, pueda tener la mayor probabilidad de pases en pos de convertir el gol.

La apariencia dura de Vladimir se contrasta con su costado benéfico, ya que ha sido partícipe de varias causas humanitarias, siendo la cara pública de recaudaciones de dinero para organizaciones deportivas que se dedican a motivar jóvenes a seguir el camino del deporte, la construcción de viviendas para los más necesitados, entre otros. Con mucha certeza, es evidente que Petkóvić dará muchas alegrías a los fanáticos suizos y, con suerte, la alegría podría llegar a la final.