El 26 de mayo se paralizó más de un alma. Y no era sólo porque se jugaba la final de la Champions League entre Real Madrid y Liverpool. En el primer tiempo, en una jugada desafortunada, Sergio Ramos lesionó a Mohamed Salah, quien debió abandonar el campo de juego envuelto de lágrimas.

El diagnóstico no fue el mejor. Tenía el hombro bastante maltrecho por lo cual su participación en el Mundial de Rusia 2018 corría serios riesgos.

Pese a ello, se fue con el resto de sus compañeros rumbo al país realizador de la cita mundialista y a soñar con jugar a los 25 años su primer Mundial.Los días pasaban y la intriga se apoderaba del vestuario egipcio. Pero el sol salió para los africanos.

Este miércoles el entrenador argentino Héctor Cúper confirmó su presencia en el juego ante Uruguay: "Salah está muy bien. Ha tenido una recuperación muy buena con una atención muy especial. Se ha entrenado con nosotros. Falta el entrenamiento de hoy. Puedo casi asegurar que está para jugar salvo que surja un imprevisto a último momento". Incluso, el ex DT de Lanús y Valencia remarcó que "está en condiciones de pelear por ser el goleador del Mundial.

De esta manera, el atacante de 25 años tendrá chance de formar parte del 11 inicial del Cabezón en el primer juego de Egipto. Con él en cancha, los defensas charrúas deberán estar alerta porque buscará seguir su buena performance de esta temporada con el equipo (32 goles en 34 partidos con Liverpool) con su país. Con Salah, Egipto confía en poder meterse en la pelea rumbo hacia octavos en el Grupo A.