Esta no será una temporada más en Victoria. Este año, Tigre se jugará la permanencia, es decir, defender once años consecutivos en la elite del fútbol argentino, período en el cual escribió las páginas más doradas de su historia. Será un enorme desafío para Cristian Ledesma, que a pesar de las críticas, fue respaldado por la dirigencia y está armando el plantel para encarar la Superliga que se viene, cada vez más acortada en equipos y en números.

Un equipo que quiere salir del pozo necesita líderes. Necesita esa voz de mando que motive a los jóvenes. Requiere de jugadores que puedan soportar la presión y contrarrestarla con experiencia. En pocas palabra, necesita de sus ídolos, que aún pueden aportar futbolísticamente dentro del rectángulo de juego, pero que también sumen fuera de él. Y el Matador cuenta con esos pilares, que acallando rumores, continuarán en el verde césped. Hablamos de Martín Galmarini, el capitán que superó las lesiones, y el romperredes que desde 2004 alegra a los matadores, Carlos Luna. Ambos renovaron su contrato hasta mediados de 2019, lo cual representa una gran noticia y que demuestra el sentimiento de pertenencia a la institución y comprometidos con lo que se viene, que no será nada fácil de afrontar. Tanto el Pato como el Chino, estandartes de los años dorados de Tigre, sumaron partidos y goles en esta pretemporada, convencidos en colaborar un año más.

Por su parte, Juan Carlos Blengio puso punto final a su etapa como futbolista. El Chimi, gladiador con más de 300 batallas con la camiseta tigrense, había perdido su lugar en el equipo debido a constantes lesiones y a sus 38 años, comenzará un nuevo rol: el de coordinador de las Inferiores del Club, tras la salida de Pepe Castro. El ex defensor trabajará en la formación de Los Cachorros junto a otro de los históricos, Daniel Islas, para ser el entrenador de arqueros de las Juveniles. Entre los dos, que tanto dieron dentro de la cancha, ahora lo harán afuera, para inculcar los valores que ellos pregonaron a los chicos que van surgiendo del semillero.

También hay que mencionar que en el plantel están Matías Pérez García y Diego Morales, ambos con más de 100 partidos oficiales en Tigre, que regresaron en un momento donde se los necesitaba y serán los encargados de generar fútbol. En resumen, se viene un año cargado de responsabilidades y exigencias, en una lucha que será fecha a fecha para seguir en Primera. El Lobo seguirá contando con los bastiones que han hecho gigante al cuadro de zona norte y ansían seguir agrandando su historia.