En Victoria, la meta es clara: defender once temporadas consecutivas en la élite del fútbol argentino. Esta vez, la tiene realmente complicada para seguir en este selecto grupo de la Superliga, ya que se encuentra en zona de descenso directo, debiendo descontar muchos puntos a sus rivales por la permanencia y con un escenario hostil luego de la eliminación de la Copa Argentina.

Una constante en el cuadro de zona norte en los últimos años fue el hecho de cambiar de entrenador de forma constante: de 2016 a 2018, pasaron Mauro Camoranesi, Pedro Troglio, Facundo Sava, Ricardo Caruso Lombardi y si no tiene un buen arranque, Cristian Ledesma también pasará por la guillotina. La urgencia de puntos y los cambios de plantel por los DTs de turno conspiraron para este presente que tiene al Matador en la cuerda floja.

Con este panorama, el presidente del club, Ezequiel Melaraña, decidió respaldar a Ledesma y continuar con su proyecto. El DT, en su segunda pretemporada al frente del primer equipo, pudo trabajar con refuerzos de buena talla que buscarán sacar a Tigre del pozo de los promedios.

Nueve caras nuevas, en todos los puestos

Al igual que en el verano pasado, en el parate anterior, muchos futbolistas que no eran tenidos en cuenta abandonaron la institución: Maxi Díaz, Carlos Rodríguez, Mathías Abero, Juan Carlos Blengio (retiro), Jacobo Mansilla Daniel Imperiale, Javier Iritier, Denis Stracqualursi, Agustín Cardozo, Ivo Hongn, Ramón Miérez, Lucas Janson y Claudio Spinelli dijeron adiós (seguirá ese camino Federico Crivelli cuando se recupere de su lesión).

En el arco, hay dos recién llegados: Gonzalo Marinelli, arquero con varios años de carrera que sin embargo nunca pudo afianzarse en ningún lugar. Surgido de River Plate, tuvo pasos por Atlético Rafaela, Huracán y Colón de Santa Fe, hasta su llegada a Victoria. Tuvo la chance de debutar ante San Lorenzo en la fecha inicial de la Superliga, con un error pero convenciendo con buenas intervenciones. Le quitó el lugar a Julio Chiarini, quien venía siendo el 1 matador.

Además, firmó contrato por un año el guardameta Augusto Batalla, campeón en la Selección Argentina Sub 20 y también oriundo de la cantera de River. Estuvo en Atlético Tucumán el el semestre pasado, atajando en Superliga y Copa Libertadores. Sin embargo, rescindió en el Decano y ya se puso a las órdenes del Lobo. Por proyección, este joven es una opción más para la valla.

Foto: Olé.
Foto: Olé.

En la defensa, arribaron jugadores que ya son titulares: en la zaga central, está Néstor Moiraghi, ex Olimpo, que viene de Deportivo Cali a aportar experiencia y temple. En el lateral izquierdo, llegó Lucas Rodríguez, ex Argentinos Juniors, proveniente de Tiburones Rojos de Veracruz.

En el mediocampo, Tigre contrató a Jorge Ortíz, volante de gran trayectoria (que vino desde Belgrano), además de Maximiliano González, ex Rosario Central.

En la delantera, para acompañar a Federico González, el Matador fichó a Diego Vera, un artillero letal que supo destacarse en Estudiantes e Independiente, de última estadía en Colón. Asimismo, se hizo con los servicios de Juan Ignacio Cavallaro, ex Unión y San Lorenzo, que estando pleno en lo físico (padeció una rotura ligamentaria), al igual que de Kevin Ramírez, atacante uruguayo proveniente de América de Cali. Y si bien no es un refuerzo de ahora, puede sumarse a este listado el enganche Walter Montillo, ex Santos y Selección Argentina, quien vino en enero tras su retiro y estuvo estos meses entrenando para recuperarse, y ya se dio el gusto de jugar por los puntos unos minutos.

Volver a esos años dorados

Tigre fue uno de los 20 clubes que disputaron la primera liga de Primera División del fútbol argentino, allá por 1931. Luego, fue intercalando entre la A y Primera B en las décadas siguientes, logrando 23 temporadas en la élite hasta 1980, cuando empezó la debacle (con descensos a tercera división) y esos 27 años de espera para regresar a la máxima categoría, en 2007, haciendo historia con el Reducido eliminando a Chacarita y Platense, y venciendo a Nueva Chicago en la Promoción, de visitante, con desventaja deportiva. Desde entonces, el Matador enlaza 11 años seguidos en primera, su mejor racha histórica, y sin contar el último lustro, en ese período se vivieron los días más gloriosos del club azul francia rojo bermellón.

En su primer torneo desde su regreso, en el Apertura 2007, Tigre rugió con todo y dio pelea hasta el final no por la permanencia, sino por el título. En su primer cotejo, venció 1-0 a Gimnasia en La Plata, con gol de Martín Galmarini. A lo largo de ese torneo inolvidable, Tigre goleó 4-1 a River y cerró venciendo 2-1 a Boca Juniors. Terminó con 34 puntos, solo por debajo del campeón Lanús. Ese Tigre de Diego Cagna era temible.

Un año después, en el Apertura 2008, sin apremios con los promedios, Tigre volvió a ser protagonista. Ya con Carlos Luna en el plantel, junto a Leandro Lázzaro, el cuadro tigrense fue uno de los mejores equipos del certamen. Empezó ganando en el Nuevo Gasómetro, 1-0 a San Lorenzo, y se dio el gusto de derrotar a Boca en La Bombonera (3-2), una tarde en la cual brilló Martín Morel.

Además, el Matador venció 3-1 a River en el Coliseo. Los de Cagna llegaron a la última fecha como líderes, vencieron 1-0 a Banfield y finalizó en el primer puesto con 39 unidades, misma cantidad que Boca y San Lorenzo, a quienes ya había vencido. Por primera vez en la historia, se disputó un triangular para determinar al campeón. Tigre cayó 2-1 ante el Ciclón en la primera final y luego venció 1-0 a Boca en el Cilindro, pero quedó segundo por diferencia de gol y el Xeneize obtuvo la corona. A un gol de distancia quedó el título.

Foto: A Puro Gol.
Foto: A Puro Gol.

En el Clausura 2012, con el Vasco Arruabarrena a la cabeza del primer equipo, Tigre demostró una vez más que estaba para grandes cosas. El promedio, al igual que ahora, acechaba y el Matador, primero sumó pensando en la permanencia y con el correr de las fechas, para ponerse a pensar que la estrella era posible. El partido más emotivo fue en la victoria a San Lorenzo, que dirigía Caruso Lombardi, también luchando por los promedios. El Matador le dio una lección de fútbol y venció 3-1 al Cuervo. En la última fecha, empatado en puntos con Arsenal, recibió a Independiente, y terminó 2-2. El Viaducto se coronó campeón con 28 puntos, dos más que los cosechados por el Matador, que volvió a quedarse en la puerta de gloria.

No obstante, ese empate fue festejado porque recién en la 19° fecha, Tigre se salvó del descenso y la Promoción, aún peleando por el título. Como condimento extra, Carlos Luna terminó siendo el máximo artillero del campeonato, con 12 tantos. Ese subcampeonato le dio la llave a Tigre de disputar la Copa Sudamericana 2012, donde iba a llegar a la final, y luego de jugar por primera vez la Copa Libertadores 2013. Tigre recorría el continente.

En los últimos torneos, Tigre quedó por debajo de mitad de tabla. Desde 2012 que no logra estar en los primeros planos, y para salvarse, deberá repetir algo similar a lo de la temporada 2011/12.

El Lobo DT y Cachete, el distinto

Cristian Ledesma apuesta por una táctica más audaz en esta temporada, con un esquema compuesto por un 4-3-1-2, con Gonzalo Marinelli o Augusto Batalla en el arco; una línea de fondo con Martín Galmarini (o Maximiliano Caire) de 4, la saga central compuesta con Néstor Moiraghi (uno de los refuerzos) y el referente Ignacio Canuto, y Lucas Rodríguez de lateral izquierdo (ganándole la pulseada a Diego Sosa). En el mediocampo, el Lobo opta por tres volantes centrales de características similares: Jorge Ortíz, recién llegado y de buen pie, Sebastián Prediger, el capitán y timón en el círculo central, y Lucas Menossi, quien se quedó en Victoria para volver a su nivel, aportando juego y llegada al área rival.

En la zona ofensiva, vuelve el enganche, que estará a cargo de Diego Morales. Cachete, el jugador que además de tener una pegada prodigiosa, conduce y tiene gran sentido de pertenencia. Es el jugador distinto del plantel, con pegada, gol, pase entre líneas y sacrificio. En su tercera temporada en el club azul y rojo y más de 100 partidos jugados, Cachete le gana el puesto a Matías Pérez García, tapado por Caruso y con poco rodaje en la actualidad.

En la delantera, hay una dupla que promete: Federico González, que sigue afilado con el arco, junto a Diego Vera, flamante adquisición, quien va a querer aportar su enorme jerarquía. Correrá de atrás Carlos Luna, el goleador centenario, quien seguirá un año más en el club. Asimismo, aguarda Kevin Ramírez, atacante uruguayo que mostró una buena actuación en su debut en la Copa Argentina.

Foto: Tigre Oficial
Foto: Tigre Oficial

La casa del tigre

El estadio es el José Dellagiovanna, inaugurado en 1936 y con capacidad para 27.000 espectadores. Está ubicado en la localidad de Victoria, partido de San Fernando, zona norte del Gran Buenos Aires. A pesar de contar con comodidades y buena capacidad, no fue habilitado por la Conmebol para disputar la final de la Sudamericana 2012, por lo que Tigre tuvo que alquilar el estadio de Boca Juniors.

En este escenario, el Matador vivió grandes momentos de gloria: desde su vuelta a Primera en 2007, venció a los cinco grandes, y por copas internacionales, se dio el gusto de vencer a Deportivo Quito (4-0), Cerro Porteño (4-2), Palmeiras (1-0), Sporting Cristal (3-1) y Olimpia (2-1).

Plantel 2018/2019:

1. Julio Chiarini

2. Ezequiel Rodríguez

3. Néstor Moiraghi

4. Alexis Niz

5. Lucas Menossi

6. Ignacio Canuto

7. Carlos Luna

8. Martín Galmarini

9. Federico González

10. Matías Pérez García

11. Diego Morales

12. Federico Crivelli

14. Walter Montillo

15. Juan Cavallaro

17. Matías Pérez Acuña

19. Diego Vera

20. Lucas Rodríguez

21. Sebastián Prediger

22. Jorge Ortíz

23. Gonzalo Marinelli

24. Augusto Batalla

25. Maximiliano González

27. Kevin Ramírez

29. Diego Sosa

30. Iván Bolaño

34. Marco Wolff