Volvió el fútbol argentino. Volvió la Superliga. Huracán Y River iniciaron su camino en el certamen en el Tomás A. Ducó, en donde no se puede dejar de señalar el pésimo estado del campo de juego, aun cuando no hubo actividad en el mismo en casi 80 días. El Globo llegaba con la eliminación encima en Copa Argentina, tras la derrota ante Atlético Tucumán. River, con varios cambios, se acomodaba para el próximo encuentro por Copa Libertadores, ya que regresó Jonatan Maidana, Bruno Zuculini reemplazó al suspendido Leonardo Ponzio y Camilo Mayada ocupó el lateral derecho tras la baja de ultimo momento de Gonzalo Montiel.

Los primeros minutos del encuentro pregonaban una superioridad notable de River ante el conjunto local, tanto que, a los 3 minutos, tras una asistencia de Lucas Pratto, Ignacio Scocco tenia la primera de del partido, pero era vencido por Marcos Diaz. Con esta misma intensidad, el equipo de Marcelo Gallardo atacaba y conseguía un penal a favor tras una mano de Juan Garro que detuvo un centro al área de Gonzalo Martínez. El mismo ex Huracán se haría cargo de ejecutarlo, lanzando el remate por arriba del travesaño y errando así, el primer penal de su carrera.

Con el paso de los minutos, el estado del campo de juego se hacia notar y perjudicaba el intento de juego de River mientras que, en cierta forma, beneficiaba al local, que jugaba de forma mas vertical para encontrar a sus delanteros, aunque no pasaban la línea de Jonatan Maidana y Javier Pinola, quienes jugaban un gran partido. El primer tiempo terminaba con una polémica. Tras un cierre de Franco Armani, la pelota quedó en los pies de Mendoza, que convertía el primero del partido, pero inmediatamente era anulado ya que el otro delantero del globo, Lucas Gamba, había tomado la pierna del arquero Millonario en la jugada previa, impidiéndole cualquier posible reacción.

El segundo tiempo fue, a falta de otras palabras mas elocuentes, aburrido. El mal estado del campo de juego y el cansancio de los jugadores hicieron del encuentro algo desprolijo y poco agraciado. el Muñeco modificó las posiciones, jugando con tres delanteros y un enganche, aunque no pudo modificar el resultado. Gustavo Alfaro y sus jugadores, a través de empuje y presión alta, lograron acercarse al arco de River generando algunas jugadas que servirían, una vez más, para dejar clara la jerarquía del arquero Millonario. El partido terminaba en cero y, ni Huracán ni River, tenían el comienzo que esperaron.

Marcelo Gallardo y su plantel, en vista del desarrollo del encuentro, tendrán varias cosas que modificar a futuro. Esta vez, el campo de juego no permitió que el Millonario haga su juego, característico por cuidar la pelota, paciencia e intentos de sorprender al rival con pases entre líneas. Pero no es buen augurio que el equipo no haya podido modificar la idea durante el transcurso de los 90 minutos y no mostrar variantes ante los retos que proponen el rival, la intensidad y, como dijimos, el campo de juego. ¿Qué pasa si en los próximos partidos River se encuentra con campos de juego similares? ¿Habrá que resignarse al empate o a la derrota? Hay que tomar este inicio como un llamado de atención y una suerte de tarea para el hogar.