La primera división del fútbol argentino continúa su marcha. El próximo fin de semana se disputará la tercera fecha, en donde el equipo de Marcelo Gallardo, como local, enfrentará a Argentino Juniors. Muchos jugadores han pasado por ambas escuadras, pero en esta ocasión, el que vuelve a pisar el Monumental es uno de los jugadores más elegantes y queridos de los últimos años, Leonardo Pisculichi. En este articulo haremos una comparación de Piscu con el actual zurdo querido de River Plate, Gonzalo Martínez.

Leo llegó a River Plate de la mano del Muñeco y en poco tiempo el hincha ya deliraba con su presencia. La zurda exquisita de Piscu, como fue apodado, fue la herramienta más importante con la que contó River para la obtención de la Copa Sudamericana 2014. El oriundo de la Matanza fue clave con su recordado gol a Boca en semifinales en el partido de vuelta tras el empate sin goles en la ida. Gol que le permitiría a River disputar una nueva final internacional. Ya en la final, convirtió el gol que le dio el empate a River en Colombia y en el Monumental, fue el autor de los dos centros que derivaron en los goles de Germán Pezzella y Gabriel Mercado para obtener el título. De aquí en adelante, no tendría demasiada continuidad, rescindiendo su contrato en agosto del 2016, pero, a pesar de esto, seguramente será ovacionado por todo el Monumental el próximo sábado, ya que como contamos, es un jugador que, a fuerza de habilidad y buen pie, supo meterse en la historia grande del club.

Gonzalo Martínez tiene una historia diferente en el club. Llegó a Núñez en enero del 2015 y debutó oficialmente en la obtención de la Recopa Sudamericana 2015. El Pity empezó desde atrás y no tuvo demasiadas oportunidades. Es un jugador que quizás no posee la elegancia de Pisculichi, pero lo supera ampliamente en velocidad o capaz de rotación dentro de la cancha. Al ganarse la titularidad, el hincha tenía sentimientos encontrados sobre su juego. Martínez era capaz de dejar dos rivales en el camino y colgarla de un ángulo, pero a su vez lanzaba un centro que iba directo a la tribuna. A pesar de todo esto, el técnico jamás dudó de sus cualidades y el jugador, con esfuerzo y buenas actuaciones, se ganó su lugar intocable en el equipo y la aprobación de todo el mundo River.

Hoy, ya tiene la dicha de ser el dueño de la 10 y del juego creativo del plantel. Además, el jugador que en cada mercado suena para pegar el salto a Europa, pero por ahora, para la alegría de los hinchas, sigue vistiendo el manto sagrado.