El marco era prometedor. El público colmaba el estadio ya antes de iniciado el partido. Los hinchas sabían que era un partido difícil, pero que el aliento no iba a faltar. Unión y San Lorenzo salieron a la cancha dispuestos a lograr sus objetivos. Uno, llegar bien al clásico. El otro, reafirmar lo bien hecho en la victoria por 3-1 ante Nacional por Copa Sudamericana.

Y el Ciclón pegó primero. Solo 12 minutos corrían de partido cuando Nicolás Reniero ganó una pelota dividida producto de un contraataque, y llegó hasta el borde izquierdo del área Tatengue. Allí esperó un segundo, se dio vuelta, y encontró libre en el área al capitán santo, Nicolás Blandi. El centro no fue con la potencia ideal, pero Blandi tuvo el buen gesto de enviarla nuevamente al área chica, donde Reniero esperaba. Recibió por detrás de los centrales, y cruzó el cabezazo. Poco pudo hacer el arquero Nereo Fernández.

Unión sintió el golpe en los primeros minutos. Nelson Acevedo y Mauro Pittón no lograban asociarse con claridad, y Franco Soldano quedaba muy lejos de donde pasaba la pelota. Para colmo de males, San Lorenzo estaba envalentonado por el gol, y presionaba alto en todas las salidas de Unión, lo que lo obligaba a dividir la posesión con pelotazos.

Con el transcurso de los minutos, la presión del Cuervo fue disminuyendo y, consecuentemente, iba en aumento la dominación Tatengue del balón. El estilo del juego es aquel al que ya tiene acostumbrado al público el equipo de Leonardo Madelón: constante búsqueda por los costados, con Franco Fragapane por un lado, y el uruguayo Diego Zabala por el otro. En el mediocampo, Acevedo es el generador de fútbol. Así buscaba Unión acercarse al arco defendido por Nicolás Navarro. Sin embargo, la estocada final no llegaba. Era más intención y amor propio que buen juego, por lo que los centros siempre se encontraban con los despejes de Fabricio Coloccini, o bien eran desactivados por el arquero Navarro. Se fue el primer tiempo con un Unión en mejor estado, controlando la pelota, pero sin poder causar verdadero peligro en el área rival.

En el segundo tiempo se acentuó el predominio ofensivo de Unión, con la diferencia de que empezaron a llegar los disparos a portería contraria. Sin embargo, uno de los grandes problemas del local, sino el mayor, fue el arquero del Matador. Navarro tuvo una actuación descollante. Nueve tiros a su arco recibió, y desvió casi todos. Y Unión buscaba y no lograba vencer a Navarro, que era la última línea de defensa antes del tan buscado empate. La defensa rival ya no marcaba con la misma prestancia ni eficacia. Soldano fue encontrando espacios entre los defensores, y de a poco logró imponerse en los centros y los balones divididos. Pero el arquero se mostró infranqueable. Tres cabezazos en el área chica le atajó.

Poco más de una hora de partido había transcurrido cuando Madelón envió a la cancha a Rodrigo “Droopy” Gómez, en lugar de “Chaco” Acevedo. Se entiende el cambio. El chaqueño se había perdido el partido de la fecha pasada ante San Martín de Tucumán y estuvo en duda hasta último momento para este partido, así que era un cambio por precaución. En su lugar, Droopy intentaba romper los esquemas defensivos de San Lorenzo, a base de gambetas y asociaciones de pases cortos. Y a los cinco minutos tuvo su chance, la mejor del partido. Encarando hacia el borde final del campo de juego, Gómez entró en el área a gran velocidad, y fue interceptado con el pie izquierdo por el lateral Víctor Salazar. El árbitro Mauro Vigliano no dudó e instantáneamente pitó señalando el punto penal.

Droopy pidió la pelota, quería hacer el gol ante su gente. Se paró con larga carrera, y cruzó el remate con pie abierto, a la derecha del arquero. No logró esquinarlo lo suficiente, y Navarro, otra vez, contuvo un gol seguro de Unión.

El equipo se desesperaba, y el arquero santo seguía tapando todo. Hasta los 92 minutos tuvo que sufrir Unión para empatar el partido. Zabala, dentro del área, envió el centro a baja altura al área chica. Pasó de largo por Soldano y Coloccini, que intentaban llegar. Navarro se quedó parado, al ver que no llegaba a despejar la pelota. Y al lado del palo lejano del arquero, apareció Fragapane que, calléndose, logró por fin empujar el balón dentro del arco. No fue la última emoción del partido. Navarro volvió a taparle un cabezazo que era gol asegurado de Soldano. Sin duda alguna, la figura de San Lorenzo esta noche.

Unión jugó mejor que su rival, dominó a un equipo que tiene muy buenos jugadores y argumentos futbolísticos, y estiró su invicto como local a 15 partidos. El próximo domingo, el clásico ante Colón.