Joven, concentrado y de mucha energía, el uruguayo Nicolás Royón de 27 años sorprendió al partido, especialmente durante la segunda mitad de la disputa que desgraciadamente culminó con un 2-0 a favor del Lobo de la Plata.

Royón entró al inicio del segundo tiempo del partido contra Gimnasia Esgrima de la Plata, junto con Comas, en reemplazo de Sperdutti y Rescaldani. Casi a los diez minutos de haber ingresado a la cancha, el uruguayo hizo un descuento que reforzó las fuerzas de Patronato adentro de la cancha, donde se mostró a un Rojinegro que estaba recuperando las ganas de luchas todavía, a pesar del resultado. El dominio de la pelota fue mayor por parte del local desde su llegada, donde Royón hizo pases fuertes, donde se mostró la ayuda de Carabajal y de Comas adentro de la cancha. Se veía que este trío de jugadores es una pieza que podría reforzarse en los siguientes partidos.

Por otra parte, se notaron las ganas del uruguayo que no bajó los brazos y en ningún momento pareció darle importancia al marcador que estaba más que en contra suya y, más aún, complicaba la situación del equipo que, actualmente, está viviendo una situación asfixiante. Era obvio que Nicolás intentaba hacer funcionar la fórmula de Pumpido (4-4-2) que estaba destinada a la defensiva y, si bien se reforzó a lo largo del segundo tiempo, esto no importó al uruguayo recién llegado al equipo entrerriano, que se acercó múltiples veces al arco para convertir, pero sus tiros eran demasiado apuntados hacia arriba o eran desviados por cabezazo.

Esta figura del partido de Patronato, Nicolás Royón el reciente refuerzo, es una oportunidad que los técnicos no deben desperdiciar, puesto que juega con energía, muchas ganas y sobretodo no mira los marcadores y con esa mente centrada en el juego y la energía de sus piernas, pueden llegar a aprovecharse mejor en el futuro. Además, sumó algo que en este momento el Rojinegro está siendo complejo encontrar: esperanza.