El partido para definir al último semifinalista, dio inicio a las 21:45 horas en una noche brasileña donde tuvo un clima tórrido por parte de la fanaticadas de los elencos presentes. El encuentro entre Boca y Cruzeiro empezó con todo, en un ida y vuelta fue en lo que se encontró la pelota en la primera parte.

Teniendo a los de azules controlando el partido, el conjunto argentino se vistió con armadura romana para defender el resultado de la ida y su valla, más que efectivo fue el poco control del Xeneize el que se vio en los primeros 45 minutos del juego.

Foto: Prensa Boca Juniors
Foto: Prensa Boca Juniors

En lo defensivo el conjunto conducido por los Barros Schelotto fue estar yaciente en las líneas de atrás para evitar recibir un gol, táctica que le funcionó en la noche del miércoles porque teniendo buenas actuaciones de Izquierdoz, Magallán y hasta un Rossi regular donde pudo sacar los “proyectiles” para no ver al balón en el fondo de su red.

Con pelotas aéreas y control desde la posición de la pelota, Cruzeiro era mejor donde terminó un primer tiempo sin poder quebrar a la fortificación del elenco auriazul. En la primera etapa se vio a los argentinos comprometidos con no sumar preocupación y poder jugar arriba, pese a que no pudo, tuvo buena velocidad donde se puede caracterizar a Sebastián Villa por haber subido y retrocediendo todo el tiempo.

Una pre embolia en el complemento

Se dio un segundo tiempo para el sufrimiento en el mundo Xeneize, porque aún con falta de efectividad el club brasileño salió con una desbandada que buscó dar vuelta la serie para poder pasar de fase. Pero la resistencia y intrepidez del azul y oro no dejó caer en contra el tanteador, hasta un error no tan bruto.

Con todo los pelotazos recibidos, Boca desvió las situaciones adversas a un tiro de esquina, en los 58 minutos. Donde una vez que el esférico partió por los aires, se encontró envuelto en una encrucijada de desvío y donde los jugadores del Xeneize no encontraban la pelota, que le cayó a los pies al recién entrado Sassá para mandar al fondo de la red de Rossi y poner a los Azules por 1 a 0.

Pero la aceleración del corazón “azul y oro” no pararía en esa jugada negativa, porque el elenco brasileño no cesó el ataque por arriba, tanto que en una de las jugadas posterior al gol recibido, el arquero Agustín Rossi salió dejando el arco comprometido y tuvo que reaccionar rápido para evitar otro gol; el cual lo hizo sacando el remate con los pies de gran manera para devolver la tranquilidad a toda la fanaticada.

Una alegría en medio del apriete

En un partido trabado y con idas y vueltas donde los de la ribera sufrieron mucho, tuvieron una buena noticia. La expulsión de Anderson Vital “Dedé” Da Silva quien había recibido previamente la amarilla por una fuerte falta en ataque al arquero Rossi, terminó saliendo del campo de juego por otra salida áspera donde le salió a la altura de la rodilla a Pavón, por lo que el árbitro del encuentro Cunha decidió sacarle la segunda amarilla que derivó por reglamento la visualización de la roja para que dicho jugador se lo viera cruzar para la zona del vestuario.

El desahogo de la presión para pasar a semis

Con el partido disolviéndose en los últimos minutos agregado por el juez Cunha, Boca se estaba clasificando con una resistencia y derrota capaz merecida por la falta de juego que se vio en la parte del ataque, pero evitó ir a semis con una derrota.

Foto: Prensa Boca Juniors
Foto: Prensa Boca Juniors

A los 94 minutos, donde quedaba dos minutos por jugar, el elenco Xeneize salió a buscar el empate y se dio en una jugada donde Ramón “Wanchope” Ábila recibió la pelota desde el aire para  poder asistir a Cristian Pavón que venía a la carrera, con la marca, y mandar al fondo de la red. Con el gol del '7' xeneize se daba el pasaje a las semifinales dejando en el marcador final por 1 a 1.

 

De esta manera, Boca Juniors completó su tramo de cuartos y ahora chocará en semis de la Copa Libertadores contra un viejo conocido de la fase de grupos, el Palmeiras.