El ciclo Ledesma será recordado como (uno más) irregular, apático y que no pudo brindar ninguna solución a todos los problemas que azotan a Victoria desde hace tres años. Sin embargo, si hay algo para rescatar, es que durante las primeras fechas de esta Superliga se vio a un equipo ofensivo y generador de chances de gol (en contrapartida, la defensa contrarrestaba todo lo bueno de los atacantes). En las primeras cuatro fechas, el Matador celebró ocho tantos, con una repartija interesante (dos goles a San Lorenzo, Colón, San Martín SJ y Aldosivi). Los que debían anotar goles, respondían.

Se fue Ledesma y Tigre sigue hundido en la tabla de promedios, ahora con Mariano Echeverría al mando, se está haciendo visible otra problemática: pólvora mojada de los delanteros. En los últimas cinco partidos, Tigre solo marcó un tanto, a Estudiantes (y fue de Facundo Sánchez en contra). No anotó contra Atlético Tucumán, Huracán, Independiente ni Newell's. Por eso, el Matador solo sumó cuatro de las últimas 15 unidades en juego, jugándose el descenso.

El Flaco Echeverría, en sus dos primeras presentaciones, se jugó por un esquema conservador, con un enganche (Diego Morales) y solo un punta (Diego Vera contra Estudiantes y Fede González ante Newell´s). Con este esquema conservador, con la necesidad urgente de sumar puntos, atenta en contra de encontrar recursos para tener peso en el área rival.

De los últimos 15 puntos en juego, Tigre sumó 4. En gran parte, por falta de gol.

Vera llegó como un refuerzo rutilantes para la delantera, con buenos pergaminos en sus pasos por Atlético Rafaela, Independiente, Estudiantes, entre otros. Si bien ya lleva dos tantos en la Superliga (Colón y Aldosivi, ambos de visitante), en los últimos partidos estuvo peleado con el arco, y de hecho malogró un penal determinante contra Atlético Tucumán que hubiera significado mantener el invicto.  Sin embargo, Viruta cuenta con respaldo y experiencia para demostrar su capacidad, que Tigre necesita inmediatamente. 

Por otro lado está ​Fede González​, el 9 de este equipo que junto a Vera, es el que más minutos tiene. Arrancó la Superliga convirtiéndole a San Lorenzo, no obstante, fue bajando su nivel al nivel de no gravitar. Cómo Vera, también erró un penal, ante Colón, que hubiera liquidado el pleito en el Cementerio de Los Elefantes (el Sabalero terminó empatando). Es clave que Fede pueda volver al rendimiento de su primera etapa en el club. Desde su regreso de México, se vio poco del atacante ex Atlético Rafaela.

El jugador más regular de este comienzo de Superliga es Juan Ignacio Cavallaro, quién vino como apuesta, ya que tuvo una larga inactividad en San Lorenzo por una lesión. Lleva dos festejos en el torneo, contra Colón y San Martín (SJ), aunque ahora juega como volante volcado a la izquierda. Tiene buena pegada, calidad para desmarcarse y olfato goleador. Es probable que a la brevedad juegue más cerca del área adversaria.

Dentro del recambio en ofensiva, que no es poco en Victoria, sorprende que el histórico Carlos Luna, que a pesar de que en sus últimos encuentros no gravitó, estuviera al margen hasta del banco de relevos, sumando solo 31 minutos en todo el torneo (dos partidos jugados). Si bien el Chino solo anotó dos goles en todo 2018 (a Banfield y Unión, el.semestre pasado), renovó su contrato para seguir aportando lo suyo en el verde césped. Por ahora, lo ve de afuera.

En estos cinco partidos, Tigre remató 13 veces al arco y sin goles, porque el de Estudiantes fue en propia valla.

Y de los refuerzos delanteros, hay que hablar de dos uruguayos con poco protagonismo por ahora: Kevin Ramírez, a veces usado como volante, de buen debut contra Brown de Puerto Madryn, que lleva por ahora seis partidos y uno solo como titular en la Superliga (ante Independiente). Tiene despliegue y buena técnica; le falta un poco más de continuidad. Y el otro es Hugo Silveira, el último en llegar, proveniente del fútbol kazajo, de 1,89 m. de altura que solo jugó seis minutos ante SMSJ. Otra de las apuestas, que no ha tenido chances de mostrarse.

Con este panorama, poco alentador en todo sentido, que Tigre recupere su fortaleza ofensiva dará un poco más de crédito a la ilusión de la permanencia. En cuanto siga está sequía, el desenlace será inevitable.