En horas de la tarde-noche, se disputó el primer partido de cuartos de final, aunque no fue el que tenía todo el enfoque de las cámaras, fue también importante y crucial para San Lorenzo porque buscaba seguir en la Copa Argentina para mejorar su presente futbolístico. Pero no lo logró y se quedó a medio camino.

El sube y baja de los sentimientos pasó de una tribuna a la otra. Los hinchas de San Lorenzo, que no pararon de alentar durante todo el partido, sufrían otra decepcionante actuación de su equipo y veían escurrirse la continuidad en esta Copa Argentina, la única ilusión que les quedaba este año, al ver que Temperley se había puesto en ventaja con el gol de Ramiro Costa.

Foto: Prensa San Lorenzo
Foto: Prensa San Lorenzo

Aún en un partido de menor a mayor del Ciclón y donde supo pelear cada pelota para salir de la agonía y poner una pizca de milagro en un encuentro que lo fue perdiendo de a poco; encontró aquel suspiro momentáneo por parte de Nicolás Blandi. Con un soberbio disparo desde afuera del área la clavó en un ángulo y ahí, por primera vez, explotaron la alegría y las gargantas cuervas porque todo se iba a la tanda de penales.

En lo que podría ser la tanda de penales, que en ocasiones da suerte al que menos jugó; pues con ese lance no contó el azulgrana porque el Celeste volvió a ejecutar con gran contundencia para acabar con las aspiraciones del equipo.

Los responsables de las caras largas en el elenco de Boedo fueron: Matías Castro arquero de Temperley que anotó y sumado a sus atajadas: a Mouche y a Ariel Rojas para que luego Sebastián Prieto, Leonardo Di Lorenzo y la decisiva de Roberto Brum sentenciaran el destino de los conducidos por Biaggio por 4 a 2 y dejar afuera de la competición al elenco de primera.