Todo parecía indicar que finalmente hoy se iba a disputar la "Superfinal" de la Copa Libertadores y después de la suspensión de ayer, el día indicado era jugar el partido a las 24 horas posteriores y en las primeras horas del domingo Alejandro Domínguez-presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol- anunció que no habría ningún inconveniente en disputarse el encuentro.

En el lado de Boca era negarse a jugarlo y de la concentración "Xeneize" se marchaba Pablo Pérez rumbo a una clínica cercana para seguir realizando chequeos médicos por su molestia en la córnea y a la salida del sanatorio había dejado en claro que quería estar presente en la gran final.

Mientras que en River estaban dispuestos a jugar y su clásico rival elevaba un nota pidiendo la reprogramación del mismo y todo era incertidumbre en el Monumental que iba a suceder. Por otro lado, los hinchas del "Millonario" de a poco ingresaban al estadio y estaban todos los ánimos calmados alrededor del recinto y con varios controles policiales. 

Sin embargo, todo cambia, cerca del mediodía Domínguez anunció que quedó postergada la nueva final y a su vez también citó a D'Onofrio y Angelici ambos presidentes de los clubes para analizar lo sucedido en Núñez. En caso que haya final de la problemática Libertadores, el sábado 8 de diciembre es una posibilidad de definir al ganador del certamen con horario a confirmar y el martes se definirá todo.