Para Boca, el sueño terminó y se convirtió en pesadilla. Como todos saben, Boca perdió ante su máximo rival la oportunidad de alcanzar la séptima Copa Libertadores de su historia y también la chance de igualar a Independiente como Rey de Copas (Libertadores). Muchas cosas pasaron en el partido pero todo se puede resumir en que en la cancha hubo un equipo mejor preparado físicamente que otro y que también, por error del árbitro Cunha, hubo un equipo favorecido de manera trascendental en un momento clave del partido y en una zona clave de la cancha. Pero no nos adelantemos, vamos a repasar esta final paso a paso.

El primer tiempo de Boca fue una delicia. El sabor de ser campeón se sintió en la primera mitad y se hizo más fuerte con el golazo de Benedetto a los 44 minutos. En el primer tiempo, si bien no llegó con mucha claridad, Boca fue superior a River. Tuvo en el pie derecho de Pablo Pérez dos ocasiones claras de gol: primero una volea luego de un corner, casi en el área chica, y luego un remate a pocos metros del arco luego de un desvío tras un tiro libre de Benedetto cercano al área. La defensa y el arquero de River respondieron bien en ambas ocasiones.

Eso fue lo más claro del primer tiempo, que terminó coronando el ordenado partido de Boca con un golazo de Benedetto dejando desparramado en el piso a Maidana y enfrentando mano a mano a Armani, definiendo con calidad al palo izquierdo de River y mandando la pelota al fondo de la red. Golazo y victoria parcial de Boca. River no le llegó a Boca claramente en todo el primer tiempo y su figura, El Pity Martínez, no apareció en ningún momento. Pero el partido no terminó ahí.

En el segundo tiempo River tuvo que arriesgar más para buscar el empate y por esa razón metió un cambio estratégico fundamental: Juan Fernando Quintero en lugar de Leonardo Ponzio. Matías Biscay, DT de River en lugar de Marcelo Gallardo (suspendido), tiró a la cancha a un volante creativo que le de más juego y que pueda probar al arco a través de la media distancia, y sacó al volante de mayor contención y recuperación de La Banda. 

Boca en el segundo tiempo no generó ninguna chance clara de gol y encima, tempranamente, tuvo que salir su figura: afuera Benedetto con una molestia física (la cual, al parecer, no era tan grave como para que salga de la cancha) y en su lugar ingresó Ramón Ábila, de pésimo partido ya que también estaba tocado físicamente y no podía realizar grandes esfuerzos.

En el minuto 68 llegó el empate de River y en el cielo que había Sol empezaron a aparecer las primeras nubes negras. Ridículo gol de River, con Nacho Fernandez desnudando a la defensa de Boca y tirando un pase atrás para Lucas Pratto que ¡Con el arco vacío! definió y puso el 1-1. Ridículo lo de Esteban Andrada, que no se entiende que quiso hacer al dejar todo el arco de Boca desprotegido.

Ni achicó, ni recuperó la pelota. Papelón del arquero Xeneize y mala respuesta de la defensa. Luego de esto, no pasó mucho más. Entró Fernando Gago por Pablo Pérez en Boca, quien no daba más, no tenía más energía ni resto físico, mientras que en River salió Montiel también cansado e ingresó en su lugar Camilo Mayada. También hizo su debut en la Copa Libertadores el joven delantero de 18 años, Julian Álvarez, en lugar de Palacios.

Nos marchamos al tiempo extra, a la prórroga, donde las nubes negras que aparecieron tras el gol de Pratto comenzaron a tronar y a largar agua, a mojar al Xeneize de mala onda, de energía negativa. Todo le empezó a salir al revés. Tempranamente, Cunha, le mostró la segunda amarilla a Wilmar Barrios, el 5 de Boca, una posición clave de la cancha, y por lo tanto el colombiano tuvo que dejar el terreno de juego y dejar a Boca con 10 hombres.

Equivocada expulsión, ya que la “falta” de Barrios fue común, fue una pisada sin intención al tobillo del rival. El referí no contempló el contexto en el cual dejaba a Boca sin una pieza clave. Así, sin sus dos máximas figuras en los últimos años (Benedetto y Barrios) Boca tuvo que afrontar lo que quedaba de partido, que parecía una eternidad porque muchos jugadores no daban más, como Nahitán Nández, que fue la figura del partido en Boca por su ánimo, entrega y recuperación de pelotas, y que terminó acalambrado.

Al minuto 109, comenzó el vendaval definitivamente. Lo que era una lluvia de mala energía y refucilos, se transformó en un huracán, en un tornado, en una tormenta, todo junto. No solo llegó el gol de River (el del 2-1), a través de un bombazo desde afuera del área lanzado por Juan Fernando Quintero, sino que también pocos segundos después a ese gol, Fernando Gago volvió a romperse, solo, el tendón de Aquiles de su pierna derecha. Insólita la mala suerte del volante de Boca, que en su carrera ya se había roto dos veces ese tendón pero en la pierna izquierda, y también contra el mismo rival. Una sal enorme la de Gago, que inmediatamente dejó la cancha y dejó a Boca ¡Con 9!

Sin resto físico, Andrada, de flojísimo partido, desesperado salía y dejaba el arco de Boca al descubierto y no paraba de lanzar pelotazos en busca de los atacantes de Boca, que nada podían hacer. Todo para poder empatar el partido. Pero ni siquiera Tévez, que entró por Buffarini también extenuado, pudo hacer algo. Al final, Jara, quien entró por Villa para ocupar la posición que dejó el mal expulsado Barrios, casi convierte el empate rematando una pelota que le quedó incómoda en el punto penal, pero… ¡La pelota dio en el palo! Luego de que la rozó Armani, y finalmente fue corner para Boca.

Con Andrada en área de River, quemando las naves con los 11 jugadores en posición de ataque, Pavón mandó el centro desde el corner pero ninguno de Boca la tocó, River salió de contra y Gonzalo Pity Martínez definió el partido sin esfuerzo, empujando la pelota al fondo de la red, finiquitando el partido (3-1) y coronando una noche soñada para el hincha de River, en el último segundo de juego.

Así, River obtuvo su cuarta Copa Libertadores (la segunda de la mano de Gallardo) y Boca volvió a quedarse con la ganas de ganar su séptima Copa Libertadores. Cabe aclarar que el partido nunca debió haberse jugado y que, por jurisprudencia, deberían haberle dado la Copa por ganada al Xeneize, luego de la cobarde agresión con piedras y botellazos de los hinchas de River al micro que llevaba a Boca para jugar la final en El Monumental ya algunas semanas atrás.

Sin embargo, no hubo justicia, la sanción fue al revés que la que le dieron a favor a River en 2015 por un hecho similar (gas pimienta a jugadores de River) y el partido se jugó en España, en Madrid, en el Santiago Bernabéu. Y ganó River el partido más importante de la historia entre ambos equipos, al menos, hasta que haya nuevamente una final de Libertadores o del mundo entre estos dos equipos.


Síntesis

Formaciones

River (4-1-4-1): Armani; Montiel (Mayada), Maidana, Pinola, Casco; Ponzio (C) (Quintero); Fernández (Zuculini), E. Pérez, Palacios (Álvarez), Martínez; Pratto. DT: Marcelo Gallardo.

Boca (4-3-3): Andrada; Buffarini (Tévez), Izquierdoz, Magallán, Olaza; Nández, Barrios, P. Pérez (C) (Gago); Pavón, Benedetto (Ábila) y Villa (Jara). DT: Guillermo Barros Schelotto.

No ingresaron en River: Lux, Martínez Quarta y Mora.

No ingresaron en Boca: Rossi, Goltz y Zárate.

Amonestados: Maidana, Casco, Ponzio y Fernández (River). Barrios (doble amarilla) y Pablo Pérez (Boca).

Expulsados: Barrios (Boca), en el minuto 92 del tiempo extra.

Goles: Benedetto (Boca) a los 44′. Pratto a los 68′, Quintero a los 109′ y Martínez a los 122′ (River).

Estadio: Santiago Bernabéu (Madrid, España).